Diversidad en el Arte. Reconocimiento de la alteridad



Diversidad en el Arte. Reconocimiento de la Alteridad.
Roberto Aguirre Guiochín
El otro en mi música
El objetivo del presente ensayo es relacionar el fenómeno del (des)reconocimiento de la alteridad con la ausencia de elementos característicos de la música regional en los procesos creativos y programas de enseñanza de la música académica de nuestro país. Estos géneros son considerados carentesdel suficiente valor artístico pues se les identifica con el otro, con aquel que está rondando la frontera y que representa todo aquello que se teme ser: el pobre, el marginado, el ignorante, el indio, el naco.
El aprendizaje de la ejecución de un instrumento musical, así como el cuerpo de enseñanzas teóricas que lo complementan, está fundamentado en bibliografías diseñadas para formarintérpretes hábiles que reproduzcan un repertorio anclado en las necesidades y los conceptos estéticos que dieron lugar al modelo conocido como “Conservatorio”, institución de educación en el arte característica del siglo XIX. Tenemos, entonces, que la música se aprende con textos y métodos que fueron escritos en otros contextos, para otras épocas. Este hecho influye negativamente de dos maneras: laproducción musical debe remitirse a reproducir modelos de creación ajenos, mismos que, por su prolongado uso y por haber sido trascendidos históricamente, se encuentran agotados. En segundo lugar, la enseñanza formal de la música carece de los elementos de significancia que la música del entorno en el que se ha crecido tiene, debiendo construirse el aprendizaje negando todo aquello que manifieste tintespopulares por su connotación de arte sin valor. Esta combinación da lugar a la formación de músicos sin un sentido claro de pertenencia o con el sentido de pertenencia dislocado por pretender que se es lo que la música que se hace representa, sin la posibilidad de reconocerse como productos legítimos de una cultura nativa llena de matices y riquezas.
Por otro lado, en países de nuestra región enlos que la frontera entre música del pueblo y música académica apenas se distingue y los vasos de comunicación entre un género y otro son fluidos, las personalidades musicales tienen una mayor presencia y representación en la escena internacional, presentando al público una música cuya altísima factura es fácil de apreciar, misma que es elaborada tomando para su construcción elementos claramenteidentificables como de origen popular.
Es por ello que el reconocimiento de la alteridad, el reconocimiento de que también somos el otro, resulta indispensable y necesario para la creación y, sobre todo, para el disfrute de un arte representativo y de hondas raíces en su diversidad.
La negación de la alteridad
Se ha escrito mucho acerca de cómo la conquista y la colonia marcaron nuestraidiosincrasia y nuestro concepto del yo que rehúye mirarse como el otro que también es.
La minoría hispana se autodenominaba gente de razón, por lo que la mayoría, constituida por la población indígena, era llamada gente de costumbres, y eran los que debían ser gobernados y guiados por los primeros, -quienes, se daba por sentado, eran personas de entendimiento superior- hasta que quedaran libres de sospechapor su incultura. El liberalismo que la Independencia trajo no mejoró las condiciones, pues este pensamiento se expresaba de manera aún más despectiva que el anterior. Para el gran liberal José María Luis Mora, impulsor de la reforma educativa durante el gobierno de Vicente Gómez Farías, los indios eran “envilecidos restos de la antigua población mexicana” que “no podrán nunca llegar al grado deilustración, civilización y cultura de los europeos” en tanto “...no hayan sufrido cambios considerables” es decir, en tanto no renuncien a su otredad. Este pensamiento es representativo del centro, de ese centro que pretende dotarnos de una identidad, que pretende otorgarnos ese sentido de pertenencia que nos articula con la realidad, que, dice, nos enseña las mejores maneras de relacionarnos...