Don Quijote
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Yendo, pues, caminando nuestro flamante aventurero, iba hablando consigo mesmo y diciendo:—¿Quién duda sino que en los venideros tiempos,cuando salga a luz la verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio que los escribiere no ponga, cuando llegue a contar esta mi primera salida tan de mañana, desta manera? [18]: «Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos [19], y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus harpadas lenguas [20] habíansaludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora, que, dejando la blanda cama del celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se mostraba [21], cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas [22], subió sobre su famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel» [23].Y era laverdad que por él caminaba. Y añadió diciendo:—Dichosa edad y siglo dichoso aquel adonde saldrán a luz las famosas hazañas mías [24], dignas de entallarse en bronces [*][25], esculpirse en mármoles y pintarse en tablas, para memoria en lo futuro. ¡Oh tú, sabio encantador, quienquiera que seas [26], a quien ha de tocar el ser coronista [27] desta peregrina historia! [28] Ruégote que no te olvidesde mi buen Rocinante, compañero eterno mío en todos mis caminos y carreras [29].Luego volvía diciendo, como si verdaderamente fuera enamorado:—¡Oh princesa Dulcinea, señora deste cautivo corazón! Mucho agravio me habedes fecho en despedirme y reprocharme con el riguroso [*] afincamiento de mandarme no parecer ante la vuestra fermosura. Plégaos, señora, de membraros deste vuestro sujeto corazón,que tantas cuitas por vuestro amor padece [30]. |
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Con estos iba ensartando otros disparates, todos al modo de los que sus libros le habían enseñado, imitando en cuanto podía su lenguaje. Con esto [*], caminaba tan despacio, y el sol entraba tan apriesa y con tanto ardor, que fuera bastante a derretirle los sesos, si algunos tuviera [31].Casi todo aquel día caminó sin acontecerle cosa que...
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