editorial
De hecho, ese fallo político de la Sala de loConstitucional invalida las elecciones primarias, sustentadas en la LEOP y su práctica consecutiva, y volatiliza la eficacia de este instrumento jurídico, hasta convertirlo en letra muerta, a la vez queinaugura la deslegitimación del proceso electoral.
Con prolija labia judicial, contenida en 47 considerandos, el fallo de marras rompe el dique del ordenamiento electoral para garantizar la participacióndemocrática que supuestamente pretende defender, simplemente con el propósito de asegurarle al Partido Nacional (PN), en el poder, y en particular a su candidato presidencial, Juan Orlando Hernández,JOH, la inscripción de Ricardo Álvarez como designado presidencial, inhabilitado por su derrota electoral.
Bajo tal circunstancia no hay reglas del juego político-electoral, se impone la ley del másfuerte, de quien controla las decisiones judiciales y la venalidad de los partidos y sus líderes oportunistas, conformando un cuadro de prostitución política que arrasa hasta con el Tribunal SupremoElectoral (TSE), que parecía reponerse del colapso de 2009, pero que sucumbió a las maniobras del grupo en el poder.
Por consiguiente, el secretario del TSE, Alejandro Martínez, ha sido muy diligente endeclarar la sumisión del organismo electoral al fallo, mientras el presidente del FAPER, Andrés Pavón, no oculta su regocijo por el triunfo final de su encomienda y el indudable ingreso a otrasinstancias de la actual cofradía del poder. Quedan así desvanecidas algunas ingenuas esperanzas de un nuevo amanecer.
“Nosotros vamos a respetar el fallo judicial —insiste el secretario del TSE— y...
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