Educar para la convivencia y la participación ciudadana
En su sentido más amplio, la educación es para la convivencia. La socialización consiste en aprender a vivir con otros, es decir aconvivir. Esto implica “saber” vivir con otros, y este saber es enseñado por aquellos que tienen el poder (originario o derivado) de regular socialmente la convivencia.
Enseñar a convivir es una complejaconstrucción ideológica, donde es posible discernir tanto la función integradora de la ideología, como la función legitimadora del plus del poder.
Enseñar a convivir puede significar integrar individuosa un colectivo regido por representaciones compartidas y presentadas como “naturales” u “obvias”.
También puede significar quitar a los individuos ese “plus” de legitimidad y consenso que necesitael poder social, y que naturalmente no estarían los individuos inclinados a dárselo. O bien puede consistir en “convencer” a los individuos que tienen que aceptar, como interés de todos, unaconvivencia que en realidad sólo beneficia a algunos.
La convivencia define estructuralmente la vida humana. Cuando se dice “educar para la convivencia”, se está diciendo, en realidad, “educar para laaceptación de las reglas de la convivencia”.
La convivencia humana está regulada socialmente. Esta regulación parece exigida por dos obstáculos: uno relacionado con la realización del deseo y el otrorelacionado con el ejercicio del poder. Es interesante relacionar este problema con la formación del inconciente y con las formaciones ideológicas. Desde esta óptica enseñar a convivir es enseñar a saberque hacer con el deseo y que hacer frente al poder.
La convivencia humana parece imposible sin que se instale, junto al deseo, la culpa y junto al poder, la coacción.
Enseñar a convivir no esmeramente socializar o adaptar a los individuos al orden social dado.
Educar es socializar, pero mediante la enseñanza de saberes legitimados públicamente, que implican un aprendizaje en condiciones de...
Regístrate para leer el documento completo.