ejes de discucion e indignacion sobre la literatura

ALGUNOS EJES DE DISCUSIÓN E INDAGACIÓN
SOBRE LA LITERATURA REGIONAL
Me atrevo a pensar que cualquier docente y/o investigador que se haya aventurado en el
estudio de una literatura intranacional, ha sido avasallado por preguntas frecuentes, frente a
la exactitud de las denominaciones (¿literatura regional, literatura departamental, literatura
hecha por escritores de la región?) a laperspectiva que se debe privilegiar (teórica, crítica,
historiográfica, pedagógica) y a los múltiples enfoques con los que, dentro de cada uno de
los niveles anteriormente delineados, es posible leer el fenómeno literario local. A estas
preocupaciones se le debe sumar el habitual rechazo que sobre estos estudios tienen
algunos intelectuales de las mismas regiones, que tachan de ingenuos o chauvinistasa
quienes los realizan, o descalifican cualquier posibilidad de análisis, con el argumento – en
la mayoría de los casos no comprobado del todo - de que dentro de la región no se ha
escrito nada realmente valioso.
Todos estos interrogantes son más o menos normales dentro de una discusión que tiene
tantas aristas y en la cual, y para qué negarlo, se encuentran en ocasiones varios vacíosconceptuales. Pero considero que mal haríamos quienes nos hemos embarcado en estas
empresas, en rechazar la discusión y dejar en la sombra un material que puede ser
importante para conformar el mapa estético literario del país. Para develar ciertas
preocupaciones que hoy me ocupan, me referiré en este documento a ejes – algunos acaso
repetidos – sobre los que yo considero que sigue rondando ladiscusión. Empezaré por los
reclamos, continuaré con lo que podrían ser líneas para determinar salidas a disyuntivas
conceptuales y por último sugeriré ciertos pasos que desde las universidades o incluso los
mismos colegios se puedan realizar en el abordaje de la literatura de un área cultural
específica.

Primer reclamo: la literatura no pertenece a ningún territorio. Es o no es. Algunoscontradictores de los estudios en literatura regional afirman que todo ejercicio de valoración
de una obra debe centrarse en descubrir si ella realmente es o no literaria, más allá de
consideraciones de tipo histórico o espacial. En sus formulaciones están perfectamente
establecidas dos líneas de apreciación: por un lado unos criterios de evaluación estrictos,
regularmente retomados del mundointelectual europeo en él se privilegia el “dominio del
lenguaje metafórico, originalidad, poder cognitivo, sabiduría y exhuberancia en la dicción”
(Bloom, 2004, 39), la posibilidad de mostrar una imagen novedosa del ser humano y del
lenguaje, e incluso un matiz polifónico en el que impere la ambigüedad. En algunos casos
estos criterios son inflexibles y, consecuentemente, punitivos: sirven parandescalificar
obras sobre la base de una fuerte consideración estética con raíces modernas.
Derivado de esta postura se encuentra la segunda línea de apreciación: como quiera que no
todas las obras literarias resisten unos imperativos tan exigentes, el canon de obras para la
lectura se reduce en ocasiones a unas diez en el ámbito universal y unas tres o cuatro en el
nacional, aproximadamente.Los nombres que conforman esta lista son de todos conocidos
y la invitación de quienes siguen esta línea es a realizar sus relecturas, a encontrar nuevas
imágenes del ser humano en ellas.
No creo que sea apropiado descartar esta postura en la que se hace énfasis en “lo mejor que
se ha pensado y escrito” (Culler, 1998, 144) por la humanidad, y se vuelve la mirada sobre
lo que se ha consideradoclásico. Pero sí es necesario reflexionar en que, paralelo a estos
criterios, existen otros, que podrían darle mayor campo de acción a los lectores: pensar por
ejemplo en la posibilidad de entender la relación entre lo canónico y lo no canónico dentro
de los mercados culturales y de los múltiples espacios de recepción; hallar en lógicas
alternativas a las de la modernidad occidental nuevos...