El Abejón Que Buscaba Casa.
Dos lindos abejoncitos, tan lindos como chiquitos,
se casaron cierta vez.
Y corrieron presurosos en busca muy afanosos,
de unacasa de alquiler.
Hallaron pronto una pera y subieron la escalera
y encontraron ! Qué placer!
todas las comodidades para sus necesidades.
¿Qué más podían querer?
Un gusanoera su dueño,
quien se pasaba en un sueño.
!Qué señor más dormilón!!
Despertóse, y la amada casita estaba ocupada.
!Qué gran molestia para él! después de dar buenos días
yhacerles mil cortesías,
prontito les dio a entender con disimulo y con arte,
que volaran a otra parte
y que les fuera muy bien.
Entonces los abejones, con tan amablesrazones, cerca del atardecer
emprendieron el camino
muy triste de su destino que les parecía tan cruel.
Y a poco de andar vagando, se van por dicha encontrando,
arrimado a unapared
el marido de una araña quien, con exquisita
y con palabras de miel,
los recibió muy contento
y los llevo en el momento al palacio de él,
hecho de tela muy finasemejante a seda china.
No estaba allí la mujer, según el marido dijo;
andaba en misa de fijo o en el rosario tal vez.
No se apuren, amiguitos, dijo a los abejoncitos,
vamos ala huerta a ver si encontramos en la huerta
alguna casa desierta donde se puedan meter.
Anduvieron y anduvieron
y en todas las casas vieron
gentes viviendo, hasta que cercade una macolla, hallaron una cebolla
que se daba en alquiler.
Y se metieron en ella, pero por su mala estrella,
con el olorcito aquél,
en cuanto adentro se hallaron
los dosal punto empezaron
a estornudar y toser y así pasaron la vida,
estornudando y tosiendo los abejoncitos que,
tan lindos como graciosos,
para ser muy dichosos se casaron cierta
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