El amor y la libertad

“El hombre es un ser libre”, es un principio acogido
universalmente, pero, ¡Cuántas equivocaciones en su nombre!
Con el paso de los años, la libertad se va haciendo más un reclamo
humano por ser un derecho inherente al hombre.
No entramos en definiciones de la libertad, dado lo difícil y las
implicaciones de una definición categórica. Sin embargo, acudamos
al concepto bien conocido quesabemos: libertad es la facultad que
tiene una persona para decidir sobre algo.
La capacidad que tiene de no estar cohibida para actuar y decidir o
elegir sobre un asunto determinado. Libertad para manifestar sus
opiniones y preferencias o rechazos sobre algo especialmente sobre
asuntos de importancia y trascendencia.
Hablar de libertad es hablar de algo constitutivo de la persona. Por ello laverdadera libertad afecta el
orden del ser: es “llegar a ser persona, a realizarse como persona”. Es desarrollar sus capacidades”. Por
ser persona que posee la auténtica libertad, tiene la capacidad de pensar y de actuar por sí misma sin
dejarse manipular por los demás y también es capaz de obrar con convicción propia.
No podemos olvidar que la libertad es un derecho inherente al ser humano,hombre o mujer, ni que es
el mejor regalo que hemos recibido para disfrutar correctamente la existencia. En el hombre, en la
persona, la libertad es don, porque le lleva al desarrollo personal, y es compromiso porque su
ejercicio está dentro del respeto en función del prójimo. “Sé todo para todos”, es decir, sé tú, y ponte
al servicio de los demás. Así sentirás en ti la libertad de los queaceptan en su vida el Espíritu de Dios.
Entendida así la libertad, ser libre es abrirse a la plenitud del infinito. “El Señor es Espíritu y donde está
el Espíritu del Señor, está la libertad”. (II Cor. 3, 17).

Calidad de humanizante
¿Cómo saber en qué punto se encuentra lo verdaderamente
humano del ejercicio de la libertad? Intentemos: la libertad
es humanizadora cuando se le interpreta en lalínea del
¿para qué, por qué actúo de esta forma? ¿Qué motivaciones
me inducen a obrar “con y en libertad”? Y vienen aquí las
razones profundas: dignidad humana, exigencias de la
conciencia, principios o valores.
Porque la auténtica libertad o ejercicio de la autonomía,
lleva en mucho, a imponerse una ley, una norma, que, en ocasiones contradice mi sentir o mis gustos
inmediatos, pero quetiene sentido en la medida de mi respeto a los derechos de los demás.

La libertad me humaniza cuando me hace ser yo mismo, cuando yo soy dueño de mi opción,
cuando sé por qué y para qué opté por determinada acción. Y aquí está de frente la razón. Mi
condición de ser racional me capacita para discernir adecuada, correctamente mi opción,
porque en el ejercicio de mi libertad, entra la libertadde los otros y la vida de los otros.
Tiene entonces razón aquello de que “mi libertad va hasta donde está la libertad y el bien del otro”,
pues mi libertad, en último, tiene como condicionamiento y motor, el bien del otro, el amor al otro.
Mi libertad no puede perjudicar al otro. Este es un aspecto netamente humano de la libertad.
Recordemos que como fruto de la Revolución francesa quedó laDeclaración de los Derechos del
hombre, el 26 de agosto de 1789, que proclamó la libertad de poder hace todo “lo que no perjudique a
otro”.

Un modelo de ser libre
La tradición bíblica nos habla de la auténtica libertad
desde el Antiguo Testamento.
Los actos de Dios narrados en la biblia son actos
liberadores y los Profetas, podemos decir, se convierten a
lo largo de su acción profética, enlos proclamadores de la
libertad, los defensores de los derechos de los débiles, de
los explotados, de los pobres.
Libertad y liberación son dos términos íntimamente
relacionados. Por esta razón a Dios se le encuentra y se le
llama el gran liberador del pueblo de Israel: “yo soy el
Señor tu Dios; Yo te saqué de Egipto, de aquel lugar de
esclavitud”(Dt.5, 6; 7, 7-8).
Y en el Nuevo...