El Arte
La actitud casi camaleónica del nuevo emperador encuanto a representaciones de él mismo y del estado que estaba creando ha sorprendido a historiadores y arqueólogos, al mismo tiempo que ha fascinado a líderes políticosde todas las épocas: el paso de una actitud guerrera y arrogante a otra piadosa y sosegada en el curso de unos pocos años no deja de asombrar a cualquiera que seinterese por este periodo de la historia de Roma.
A través del análisis de una selección de obras y en particular de sus retratos, hemos querido, con una obviaintención crítica, desentrañar la justificación de ese poder político, su efecto sobre la población, y los mecanismos que posibilitaron la consolidación del Imperio sobreunos pilares políticos y artísticos que durarán siglos.
Es en esa relación entre la política y el uso de arte como mecanismo de propaganda que hemos queridocentrar nuestra argumentación, y que esperamos haya servido para contribuir al estudio de la iconografía política, que si bien ha experimentado un importante impulso estosúltimos años, ha fallado a la hora de sistematizar este estudio de manera que se puedan aplicar los mismos mecanismos de análisis a distintas épocas y sociedades.
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