el callejon

 LA CALLE DEL INDIO TRISTE
Narrador - Era el año de 1548. Veinte meses hacía que estas tierras estaban bajo el dominio español. El pueblo de Tlacuitlapán, todo desolación, porque su Señor y elCaudillo, el valiente Tlácuitl, se encontraban moribundo en su prisión. Su hija, la hermosa Xúchitl, la última princesa chichimeca, se hallaba a su lado llorando amargamente y unos cuantosservidores le acompañaban.
Xúchitl- (sollosos) ¡Papá! ¿Por qué estás aquí encerrado, por qué vinieron a invadirnos? ¿Por qué no eres un hombre libre?
NARRADOR - De pronto, un destello de esperanza iluminólos empañados ojos del agonizante: era el Señor del Pánuco, su gran amigo y aliado, Xólotl, el valiente, burlando la vigilancia a los carceleros, acababa de llegar. Haciendo un penoso esfuerzo, elmoribundo, le hizo una seña de que se acercara hasta su lecho y tomándolo lo unió a la mano desamparada de Xúchitl; y como si nada más esto esperara, cerró para siempre sus ojos, dejando a su pueblo amerced del vencedor y a su hija bajo el amparo de su proscrito.
Xúchitl – (se arroja al cadáver del padre y llora) Padre no te vayas, no me dejes sola, no me abandones, tengo miedo. Llévame contigo, nome dejes sola.
Narrador - Después de los funerales del último Señor de Tlacuitlapán, quedaron en libertad sus servidores y Xúchitl se fue a vivir con ellos. Xolótl también quedó libre y en vanorogaba a Xúchitl que se casara con él,
Xolótl- (ruego) cásate con migo hermosa Xúchitl, hazlo por tu padre, cumplamos su deseo, por voluntad de tu padre.
Xúchitl – (TRISTE) No!, No quiero, el pesarde mi padre es tan grande que no quiero saber nada de amores
Narrador - Pero la verdad era que la ironía del destino, Xúchitl se había enamorado del Capitán D. Gonzalo de Tolosa, sobrino delconquistador Don Juan de Tolosa. Lo había conocido en la prisión y a su poderosa influencia debía que ni su padre, ni ella, ni ninguno de sus servidores fueran maltratados; su padre fue debidamente...