El Clamor De Las Sombras

“Prácticamente, se puede considerar anarquista a todo individuo que, a causa de su temperamento o de una reflexión seria y consciente, repudia toda autoridad o coerción externa, sea esta de orden gubernamental, ético, intelectual o económico”, así definió Émile Armand a un sujeto seguidor de esa corriente. Por su parte, el anarquismo, es una corriente filosófica demasiado amplia y se puedeexpresar de diferentes modos. Siguiendo esta línea, podemos encontrar activistas como Bakunin, que se orientaba a contradecir el sistema religioso y político, o Proudhon que destacó por su alarmante crítica al sistema económico.
A los jóvenes con capuchas que vemos en cada protesta se les identifica como anarquistas y, por otro lado, resentidos, porque muchos de ellos actúan de manera irracionalcuando destrozan los elementos de la vía pública. Quienes estudian el porqué de aquellas situaciones son los historiadores Gabriel Salazar e Igor Goicovic, los que en momentos tienden a inmortalizar al encapuchado como el inmolado del sistema social.
Pero ¿Qué es lo que como sociedad no estamos viendo? No nos estamos percatando del sentimiento de individualidad que los encapuchados claman, ya quese constituyen como un movimiento que muere en la lucha y revive en las ideas del anarquismo, aunque no se justifica con él, ya que sus principios no se encuentran centralizadas en una ideología concreta.
Los encaperuzados tienen como objetivo único la lucha, morir en ella es el honor. Encontramos mártires como los hermanos Vergara Toledo, quienes murieron el 29 de marzo de 1985 tras serultimados por personal de carabineros y es por este último hecho que se conmemora cada jornada del 29 de marzo como “el día del joven combatiente”, porque el joven guerrero no es otra cosa que un eterno vengador de la historia y el beligerante del gobierno de turno.
No importa si esa es la historia del ayer lejano o reciente. El fin único es vengar, romper, destruir y con todo ello, luchar contra losocialmente establecido desde hace décadas. No es un sesgo, pero sí un objetivo sin meta. De hecho, en una encuesta realizada por The clinic a varios chicos encubiertos, les consultan cuál será el fin de esta guerra callejera y respondieron que seguirán luchando hasta donde sea necesario, con tal de derrocar los sistemas que se imponen a los deseos de la sociedad.
Entre esos sistemas quedetestan, podemos identificar: la insistente pugna entre obrero y burgués, orden social incluido durante la revolución industrial; el capitalismo, orden económico que predomina desde la época del mercantilismo; y, por último, la jerarquía política por la que el ciudadano vota, pero no se siente representado. He ahí la frase “Nuestros sueños no caben en sus urnas”.
Por otro lado, una vez que estossujetos encapuchados se involucran en los movimientos sociales, logran agilizar la atención que el gobierno y los medios le prestarán al conflicto en sí. En este punto es necesario hacer un breve viaje al pasado: durante las últimas décadas del siglo XX surgió una rebelión espontánea, en la cual no se visibiliza con claridad ningún tipo de centro ideológico. No, a lo menos, como se observó en Chileaquellos días en los que aparecen estos grupos de entre las sombras con capuchas sobre sus rostros, materializando su rabia en el desorden y el destrozo. Y fue gracias a esa violencia, a la cual recurrieron los grupos más radicales como el MIR y el lautarismo, la que produjo la presión necesaria sobre el gobierno para que generara los cambios que la mayoría de la población esperaba: un plebiscitoque trajo consigo el regreso a la democracia.
Entonces, nadie puede negar la eficacia que este oscuro movimiento les entrega a los demás. Claramente, no es algo aceptado socialmente, pero ¿cuánto ha ayudado para equilibrar y acelerar las tensiones sociales? Lo suficiente como para que los gobiernos de turno comiencen a buscar soluciones a los descontentos que se les plantea. Aún así, tenemos...