El complot mongol

La culpa es de los pinches chinos
Las peripecias que vive, el imperfecto personaje Filiberto García en la creación literaria de Rafael Bernal: El Complot
Mongol, para esclarecer una liosa conjurainternacional -que tiene como escenario las coloridas calles que habita la
comunidad china en una taciturna Ciudad de México de finales de los sesenta y que gracias a la pluma del autor en
comentonos sirve de introito para recrear la amenaza velada de atentado al Presidente de los Estados Unidos de
Norteamérica, dan cuenta de los entresijos y mascaradas que la política ha hecho propios.El toscoy experimentado
pistolero, García, oriundo de la revolución mexicana, se ve obligado a intimar con dos agentes secretos provenientes de
las más celebres centrales de inteligencia a nivelinternacional, el FBI y la KGB y ahí se contrasta la abismal distancia
entre entrenamientos y objetivos que lo único que evidencian es que ni la inteligencia ni la modernidad funcionan en el
Méxicopremoderno. Fracasan estrepitosamente las dos centrales de inteligencia más connotadas en el mundo y la
suerte y la voluntad tesonera vulgo la aplicación de la fuerza bruta del mexicano triunfan evidenciandolos juegos y
símbolos del poder y de sus actores principales.La controversia que se ha suscitado por el presunto espionaje a
personajes políticos relevantes que lleva a cabo el gobierno Federal,denunciado por el senador del PRI, Manlio Fabio
Beltrones, quien se auto concibe como víctima de tales prácticas; se ha diluido en suposiciones y gestos de enfado que
no otorgan ni las pruebasfehacientes, ni el énfasis, que se vuelven necesarios cuando se realizan acusaciones de tal
tipo. La mediocracia imperante, urgida de escándalos y sensacionalismos políticos, y sin embargo, no por ellocondenable cuando se tiene en cuenta que los mass media son parte de una compleja evolución del sistema social que
les ha conferido la áspera (y necesaria) función de reducir a su máximo posible la...