El día más esperado
Páginas: 4 (893 palabras)
Publicado: 6 de febrero de 2011
EL DÍA MÁS ESPERADO
Esta mañana desperté con una gran emoción. -¡Por fin, el ansiado día llegó!- Me dije, y con un entusiasmo inusual sonreí ampliamente.
Mientras observaba mi rostro modorro en elespejo, recordé mis victorias.-“Que historial más perfecto”- Me dije-. Yo, Juanito Pérez; más bien, Juanito “el invicto” jamás perdí una batalla. Efrén “el maloso” tuvo que ceder ante mis embates deautoridad. Nadie pudo enfrentarlo y aplastarlo como yo. Su enojo no pudo competir con el mío.
La anciana Petra, cuna de todas las dolencias, jamás terminó de narrarme uno de sus achaques. Mi valiosotiempo jamás se vio manchado por algo así.
Nunca permití que mis inexpertos compañeros extrajeran de mí un gramo de mis valiosos conocimientos. Siempre fui una lápida. Los que trataron conmigosupieron desde el principio quién mandaba. Es más, temblaban al saber que tratarían con Juanito Pérez.
Omnipotente siempre, no cedí ante razón alguna que no fuera la mía. Nadie me ganó una discusión.
Misocho horas de trabajo, nunca llegaron a ser ocho, siempre encontré una excusa brillante para menguar unas cuantas. -¡No!, nunca les di el gusto de verme sufrir una jornada completa, ¡Nunca!.
Recuerdocon agrado los rostros de angustia cuando, solemnemente, cerraba mi carpeta y les decía a los impertinentes que esperaban: -“¡Señores, mi horario de trabajo ha terminado!”…
Sin embargo, ninguna deestas satisfacciones, por buena que sea, me podrá devolver la vida perdida detrás de esta detestable barandilla. Desde mi primer día de trabajo pensé: -No duraré mucho tiempo en este horrible lugar.Sólo me quedaré lo preciso, hasta obtener los medios para dedicarme a lo que realmente me agrada.
Día tras día, hora tras hora, deseando no volver más. . .
Mientras tanto, el tiempo pasó, no sé cómopero pasó sin que me diera cuenta. Ahora que veo las canas de mis sienes me percato. Pero en fin, -¡éste será el último día, ya no más!. . .
A partir de hoy ya no tendré que interrumpir mi sueño y...
Esta mañana desperté con una gran emoción. -¡Por fin, el ansiado día llegó!- Me dije, y con un entusiasmo inusual sonreí ampliamente.
Mientras observaba mi rostro modorro en elespejo, recordé mis victorias.-“Que historial más perfecto”- Me dije-. Yo, Juanito Pérez; más bien, Juanito “el invicto” jamás perdí una batalla. Efrén “el maloso” tuvo que ceder ante mis embates deautoridad. Nadie pudo enfrentarlo y aplastarlo como yo. Su enojo no pudo competir con el mío.
La anciana Petra, cuna de todas las dolencias, jamás terminó de narrarme uno de sus achaques. Mi valiosotiempo jamás se vio manchado por algo así.
Nunca permití que mis inexpertos compañeros extrajeran de mí un gramo de mis valiosos conocimientos. Siempre fui una lápida. Los que trataron conmigosupieron desde el principio quién mandaba. Es más, temblaban al saber que tratarían con Juanito Pérez.
Omnipotente siempre, no cedí ante razón alguna que no fuera la mía. Nadie me ganó una discusión.
Misocho horas de trabajo, nunca llegaron a ser ocho, siempre encontré una excusa brillante para menguar unas cuantas. -¡No!, nunca les di el gusto de verme sufrir una jornada completa, ¡Nunca!.
Recuerdocon agrado los rostros de angustia cuando, solemnemente, cerraba mi carpeta y les decía a los impertinentes que esperaban: -“¡Señores, mi horario de trabajo ha terminado!”…
Sin embargo, ninguna deestas satisfacciones, por buena que sea, me podrá devolver la vida perdida detrás de esta detestable barandilla. Desde mi primer día de trabajo pensé: -No duraré mucho tiempo en este horrible lugar.Sólo me quedaré lo preciso, hasta obtener los medios para dedicarme a lo que realmente me agrada.
Día tras día, hora tras hora, deseando no volver más. . .
Mientras tanto, el tiempo pasó, no sé cómopero pasó sin que me diera cuenta. Ahora que veo las canas de mis sienes me percato. Pero en fin, -¡éste será el último día, ya no más!. . .
A partir de hoy ya no tendré que interrumpir mi sueño y...
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