El divino normal
Todo el tercer círculo está dividido en dos recintos y en él se encuentran quienes trabajan en el bufet del colegio, son pecadores que enceguecidospor la gula los ha hecho estar donde se encuentran y te advierto -continuó mi compañero- que a medida que avancemos, el olor será mucho más espantoso hasta llegar al lugar donde se produce semejantecastigo de estos últimos.
Era verdad, a medida que nos acercábamos el hedor, mezcla de ácidos y materia en descomposición, era más fuerte. Comenzaron a dejarse oír voces sollozantes, a escucharselastimosos gemidos que exigían piedad.
Al continuar caminando pude ver el horrible castigo que producía aquellos gemidos quejumbrosos tan fuertes que hirieron mis oídos.
Estas son - comenzó relatando micompañero – las almas ruines que lejos de hacer su noble trabajo de proporcionar alimentos para alumnos y profesores, la comían dejándolos hambrientos durante su larga jornada de tarea. Ahora estaspersonas están sumergidas y sufriendo en su propio vomito.
Al estar allí comprendí de donde venía el olor putrefacto, eran ellos, quienes se encontraban condenados a vomitar y vivir en su inmundiciahasta la eternidad, quienes trataban de cubrirse la boca con lo que puedan, pero era un esfuerzo inútil, ya que sus manos estaban clavadas sin poder hacer movimiento alguno con clavos en la pared comoestuvo aquel mesías que fue injustamente crucificado por los pecados que ellos produjeron entre tantos.
Poco pude hacer por ellos a pesar de sus ruegos, así es que decidí seguir el camino con mi...
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