El Don Desvalorizado En El Siglo XXI
Hoy en día la lucha por los derechos de la mujer y equidad de género es una causa de
manifestación que podemos ver fuertemente en nuestra sociedad. Mujeres exigiendo
mayores e iguales oportunidades educacionales, laborales que los hombres, ha sido un importante eje respecto a lo que se llama globalización. Claro está lo importante de la
educación y como se ha avanzado en ello, una buena fuente laboral también lo es, y
estadísticamente se ha podido evidenciar los avances en cuanto a este tipo de
oportunidades a las mujeres, pero ello ha traído consigo una mayor independencia,
mayores expectativas laborales, continuación de estudios, entre otros, lo que ha dejado en un último plano la construcción de una familia, desvalorizando y dejando cada vez
más atrás la maternidad.
La lucha de las llamadas “Feministas” no radica únicamente en “oportunidades
gremiales”, sino, va más allá. Dentro de los exigidos “Derechos de la Mujer”
encontramos puntos relevantes. La demanda por el derecho de decidir libremente sobre
nuestro cuerpo refiriéndose a los derechos sexuales y reproductivos, que lleva consigo al Aborto como una de las más importantes opciones.
Los llamados derechos sexuales y reproductivos son un conjunto de derechos y
libertades, consagrados o derivados de distintos tratados internacionales de derechos
humanos, que tienen que ver con el disfrute pleno de la sexualidad y la capacidad de las
personas de tomar decisiones libres, informadas y sin temor a represalias. Son derechos básicos para la realización de los derechos humanos de cualquier persona, ya que se
vinculan con el disfrute del bienestar físico, emocional, mental y social. Los cuales
implican, entre otros,
el derecho de hombres y mujeres de decidir de manera libre y
responsable la posibilidad de ser padres o madres,
Atención de la salud reproductiva,
que incluye medidas para promover una maternidad sin riesgos, tratamientos de infertilidad, acceso a toda la gama de métodos anticonceptivos (incluyendo la
anticoncepción de emergencia) y programas de atención de cáncer uterino, de mamas y
próstata.
La mayoría de los movimientos feministas alzan sus voces defendiendo sus
“Derechos” sobre sus cuerpos y a los ya nombrados derechos sexuales y reproductivos, citando frases como “Sexo cuando deseo, embarazo cuando decido” aludiendo
claramente en caso de quedar embarazada, abortar.
Según una encuesta de Alan Guttmacher Institute, New York, "Sharing Responsability.
Women, Society & Abortion Worldwide" una de las mayores razones por la que
abortaría una mujer sería por evitar la maternidad y/o posponerla. Argumentando su
proyección laboral, continuación de estudios superiores, realizaciones de proyectos y sueños, que siendo madres se lo impediría.
“No, no queremos tener hijos”. Lorena Norambuena (33, publicista) tiene que repetir a
menudo esa frase, entre familiares y amigos, cada vez que le preguntan por qué en ocho
años de relación (incluyendo dos de matrimonio), aún no tiene hijos con su pareja, de 44
años. Lo decidimos desde un principio. Ha pasado el tiempo y seguimos en nuestra postura. Quisimos estudiar otra carrera y después hicimos un magíster, tenemos
proyectos personales que no queremos transar y cuando eres padre tienes que pensar en
otro”, dice. No descarta completamente la maternidad, pero es algo que, por ahora, no
desean. Aquella pareja es la cara visible de un fenómeno social que partió en los 70 (cuando la tasa de fecundidad bajó de 5,4 en los 60 a 4,1 ese año). Pero que se
consolidó hace 14 años en Chile
,
cuando la cifra fue, por primera vez, inferior a la tasa
de recambio generacional (2,1), que sitúa en dos el número mínimo de hijos para que
éstos reemplacen a sus padres en la sociedad.
En efecto, los chilenos ya no quieren tener cinco hijos como en los 60. Hoy quieren uno ...
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