El En Medio De Las Cosas...

EL “EN MEDIO” DE LAS COSAS NO SIEMPRE ES UN BALANCE PERFECTO.

Hace unos días que vengo pensando en que yo soy del bando del purgatorio. Y es que conforme mi vida avanza, más se va a acentuando esarara cualidad (o ese gran tormento) de estar casi siempre en la mitad del cielo y del infierno. No soy lo suficientemente mala como para arder en el mármol del infierno y tampoco soy losuficientemente bien portada como para que San Pedro me abra las puertas del cielo.
Soy una mujer de casi 22 años que piensa como alguien de 28, pero sin la experiencia de los 28. Lo cual prácticamente es unamierda y una bendición. A menudo las personas que conviven conmigo se recienten porque no les queda claro este jueguito. Y yo protesto, porque según yo tengo el derecho de decir estupideces y actuarcomo quien no sabe lo que hace.
El otro día escribí un cuentito acerca de un bebé que nace superdotado, conforme va creciendo, la gente a su alrededor se sorprende de su razonamiento y van olvidandoque pese a su gran mente, sigue siendo un niño. Mi editora lo leyó y me dijo que era una idea fantástica porque es lo que está pasando con la mayoría de los niños hoy en día y me sacó una perorata delas familias adolescentes y la economía. Al final me preguntó si el cuento lo escribí basado en mi vida. Yo sólo conseguí escribirle un “no soy tan joven como para saberlo ni tan vieja como paraentenderlo”.
Pues bien, he pasado esta vida navegando entre dos islas; el pedazo de tierra llamado “adultez” y el arenoso “niñez”. Me disgustan de la misma manera ambas islas y me rehúso a quedarme en unade ellas o a poner ambos términos a competir en una batalla llamada “madurar”. Es más, a fuerza de ser sinceros, ni siquiera me queda claro qué diablos significa eso.
Cuando las personas me dicen“qué madura eres para tu edad” no puedo evitar pensar que se arrepentirían de lo que acaban de decir si supieran que como Trix y aún le tengo miedo al payaso de It. De igual forma tampoco me queda...