El Entierro Prematuro
Pintura de Antoine Wiertz de un hombre al que han enterrado vivo.
El miedo a ser enterrado vivo tiene profundas raíces en la cultura occidental del siglo XIX,1 y Poe, como con motivode otros asuntos de moda en su tiempo (la fascinación por el mesmerismo o los viajes en globo), tomó buen partido de ello.2 Se conocían cientos de casos reales en su época en los cuales los doctoreshabían errado en su declaración de muerte.3 En aquel tiempo, en efecto, los ataúdes a menudo se equipaban con complejos artilugios que posibilitasen a aquel que lo necesitara pedir ayuda en tancomprometidas circunstancias.1 Tan grande era la preocupación, que en la Inglaterra victoriana se fundó una Society for the Prevention of People Being Buried Alive,3 es decir, "Sociedad para la prevencióndel enterramiento prematuro". La creencia en la existencia del vampiro, un cadáver animado que descansa en su tumba durante el día y por la noche ataca a la gente, tiene mucho que ver en estos miedos.El folclorista Paul Barber, sin embargo, ha constatado que la incidencia de entierros prematuros ha sido muy sobreestimada y que los efectos normales de la descomposición de los cadáveres pueden serconfundidos con signos de vida.4
Como otros personajes de su autor, el narrador de "El entierro prematuro" es una pobre víctima de sus febriles alucinaciones. La catalepsia, unida a sus fantasías,visiones y obsesiones con la muerte no le dejan vivir. Sin embargo, cosa rara en la narrativa de Poe, acaba finalmente reformándose, aunque sólo después de que su mayor temor se haya visto, de una u otraforma, confirmado.5
El novelista francés Georges Walter, en su extensa biografía de Poe,6 refiere que la psicoanalista poeana Marie Bonaparte consideraba esta historia «como un fantasma de la vueltaal cuerpo materno». Walter menciona igualmente, con respecto a esta fobia, al cuentista Hans Christian Andersen, quien dejó severas instrucciones a sus deudos en evitación de un entierro prematuro....
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