El escritor , ese absurdo dinsaurio

Páginas: 5 (1247 palabras) Publicado: 28 de julio de 2013
Rosario Castellanos
 
"El escritor, ese absurdo dinosaurio"
No es que me guste presumir sino que tengo que informar, como periodista veraz, que me eligieron para que presidiera la comisión número 1, del Tercer Congreso Latinoamericano de Escritores, que iba a discutir los problemas específicos de esta profesión.
Se escucharon las ponencias de los salvadoreños, de los guatemaltecos, de losecuatorianos, de los puertorriqueños, de los paraguayos, de los representantes de Haití. Y, con pequeñas variantes, era la descripción de un mismo fenómeno que hace vigente todavía entre nosotros la frase que Larra pronunció hace un siglo:
"En países como los nuestros escribir es llorar".
Vamos a tratar de convertir el muro de lamentaciones en algunos principios inteligibles. Cuando un escritorlatinoamericano habla de su problemática generalmente se refiere a hechos muy típicos que se repiten con una frecuencia desoladora a lo largo y a lo ancho de nuestro continente.
El primero de estos hechos, el más angustioso, el más urgente: el oficio literario no puede ejercerse de manera exclusiva porque el producto literario carece de consumidores. Por una parte no existe, pues, fuente deingresos, remuneración para el trabajo. Por la otra, el libro carece de destinatario. La frustración es doble.
Pero esta falta de lectores no significa, lo cual sería demasiado coherente y lógico para ser verdad, el anonimato. El escritor es visto por la sociedad que lo circunda como un privilegiado que suscita envidias, tentativas de imitación, proselitismo.
No importa que el escritor, por incómodoque resulte a las fuerzas vivas encarnadas en gobiernos e instituciones, sea una piedra en el zapato de la colectividad, que incomoda, que no permite avanzar sino muy dolorosa y muy dificultosamente, en la dirección que se tiene propuesto, que retarda la marcha. No importa que moleste, no por ello deja de ser un objeto de exhibición y de ornato. Aunque se le encarcele, aunque se le exilie, aunque sele fusile, aunque se confisquen sus obras, aunque se les deje permanecer inéditas, el nombre de los escritores a los que, en su momento se les ha hecho mártires, se invoca más tarde en las ceremonias oficiales por aquellos mismos que los martirizaron, y sirve para bautizar los centros de enseñanza, para erigir estatuas en los parques en los que se arrullan los enamorados, para obligar a los niñosa hacer odiosos ejercicios de memoria.
Los escritores se quejan, pues, de algo que, por poco que conozca sus tradiciones y su propia historia literaria, puede producirle cualquier tipo de sentimiento, excepto el de la sorpresa. Cuando se elige la carrera literaria (porque no la impone nadie, porque tratan de disuadirlo las tías prudentes) ya sabe que iba a encontrarse con cierto tipo deobstáculos y a correr un riesgo. Si lo acepta es porque persigue algo que vale lo que el riesgo corrido o más. Ahora bien, ¿qué es ese algo? Desde luego no la consecución del poder. La política es una actitud práctica ante el mundo, que tiende a transformarlo por medio de la acción y no a representarlo por medio de la palabra.
Tampoco es la adquisición de la riqueza porque está probado hasta la saciedadque la literatura es un mal negocio hasta para los editores cuando se dejan conmover por sentimientos estéticos y no crematísticos. ¿Será, entonces, la fama? En nuestro medio la fama consiste en que el mejor amigo que, al mismo tiempo es el más enconado rival, lea los versos que se someten a su juicio y los comente con toda la objetividad que le permite la rabia de no haberlos escrito él. La famaconsiste en que la familia del susodicho lo señale como la oveja negra porque, lejos de ser un proveedor como José, es un dilapidador como el hijo pródigo.
Dilapidador de un tiempo que pierde en las tertulias de los cafés, en la soledad polvorienta de las bibliotecas públicas, en el estudio en el que se confina voluntariamente para permanecer horas y horas ante una hoja en blanco que, poco a...
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