El Exilio Metafísico De Rafael Alberti: Los "Retornos"

EL EXILIO METAFÍSICO DE RAFAEL ALBERTI: LOS “RETORNOS”


Rafael Alberti, el último silencio de la generación del 27, es “el poeta del exilio por excelencia”, como bien expresa Lloréns (1975 : 297). Pero en el gaditano la vivencia del exilio y su expresión poética trascienden, en muchos casos, lo meramente espacial; por ello, hablamos de exilio en una doble vertiente: exilios geográficos ymetafísicos. Con esta segunda denominación nos referimos a los exilios del ser, del querer ser y del tiempo de que el poeta da cuenta en su lírica, basada en la tensión permanente entre la realidad y el deseo, para expresarlo mediante la dicotomía cernudiana.
Esta segunda modalidad que proponemos aparece esbozada por algunos críticos –Lloréns, Solita Salinas, García Montero, Ricardo Gullón-pero no ha sido planteada tal como la consideramos: una segunda vertiente del exilio.
Retornos de lo vivo lejano se publica en Buenos Aires en 1952, estructurado en dos partes. Cuando la obra se incorpora a la edición de las Poesías completas editadas por Losada en 1961, aparece ampliada en número de poemas y se agrega un tercer grupo. Es esta la edición que manejamos. Reúne poemas escritos entre1948 y 1956. Emilia de Zuleta sintetiza acertadamente las características formales de esta obra (1971 : 371) y destaca su carácter unitario, también señalado por García Montero.
El exilio metafísico se manifiesta en sucesivas pérdidas de paraísos –“arboledas”, las llama el poeta-. La infancia, la juventud, la libertad -el ser “sido”, en definitiva- constituyen los paraísos perdidos en estepoemario. Ricardo Gullón, al trabajar Retornos de lo vivo lejano roza el ámbito del exilio metafísico, sin nominarlo:
Soñador activo, retorna a los perdidos paraísos de la libertad y la inocencia, y su esfuerzo, su pesquisa me parece un tanteo por encontrar en la sombra del yo ese fondo del ser que sin cesar nos escapa. (1975b : 260).


Sin perder de vista que el poeta seencuentra desterrado en América durante los años en que escribe estos poemas, advertimos que la nostalgia –el deseo- se refiere al tiempo, al pasado al que se recurre en busca del reencuentro con el propio ser, quebrantado en el presente, falto de su libertad esencial. Aquí la memoria juega un papel sustancial, y es concebida como un don: “Queda siempre la dicha, el infinito / don de poder tornar sobrelos pasos / distantes que pusimos en aquellos lugares...”[i] La memoria es valorada como consuelo por ser camino único e insustituible para recuperar el pasado y re-vivirlo; es vía de restauración y fijación del ser. Por eso exclama el yo lírico: “¡Qué consuelo sin nombre no perder la memoria, / tener los ojos llenos de los tiempos pasados...!”[ii] En su último libro de memorias, pasados ya losnoventa años de edad, el poeta escribe:
¡Oh prodigio de la memoria y de los ojos que no olvidan y encierran el poder para el canto! La memoria y los ojos para el dibujo, el color y todo aquello que nos hace vivir, dejar vivo lo que conmueve aún y nos hace eternos. (AP5, pp. 139-140).


La memoria y los ojos sustentan el canto, en el cual lo sucedido en el tiempo cobra sustanciade eternidad. Voluntariamente, el poeta se vale de la memoria para salvar de la temporalidad lo vivido y lo sido, fijándolo para siempre fuera del tiempo y, por ende, fuera del alcance de la muerte.
El pasado, en el proceso de recuperación, se presentiza. Actualización del pasado es la clave del libro. Es lo que lleva a Ana Rodríguez Fischer a afirmar que este es “... el poemario en que lamemoria presentiza el pasado, recuperando voces, perfiles, sucesos...” (1989 : 51). Por eso, el título; son, más ajustadamente, “retornos” y no recuerdos del ayer –aunque también los hay[iii]-, en tanto que re-vividos. Vicente Aleixandre, en carta a Rafael, escribe, respecto al poema que en esta obra el gaditano le dedica: “Sí, un retorno como una onda de vida revivida, inundadora.” (Alberti. 1996...