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El hombre virtual

Un ejecutivo cabreado franquea en su coche la verja que da acceso a la mansión
donde se ha desarrollado el proyecto del Hombre Virtual. Una discreta placa
informa que el edificiopertenece a la Fundación XY. El equipo científico espera en
una gran sala con ventanales y ordenadores. Por todas partes hay pantallas
gigantes.
El equipo está compuesto por cuatro personas:
La doctoraAlma, 44 años, de raza blanca, atractiva y agotada. Se ha encontrado
con un sueño cumplido y le atormenta la posibilidad de perderlo.
El profesor Sean, 57 años muy bien llevados, eminenteneurobiólogo y director
general. Hombre elegante, de tez aindiada, esclavo de la sencillez.
El químico africano, doctor Max Wallach, 47 joviales años algo rellenitos. Se
resigna a no ser un seductor, un atletasexual, un aventurero. Daría su vida por su
colega Li Pen, a la que corteja con buen humor, pero se conforma con hacerla reir.
Li Pen, hermosa adolescente china: tal como indica su forma de vestir, esla
responsable de la parte informática. Su juventud le permite y le exige ir mal
vestida, adornarse con hierros, decir casi lo que piensa, etc... Su inteligencia
devastadora le ha ganado el respeto yla admiración de los demás.
Estas cuatro personas forman un equipo irrompible cuyo trabajo ha culminado en
un éxito que deslumbrará al mundo. Hace tan sólo un mes que han dado vida al
hombre virtual, yles ha salido tan perfecto que se han enamorado de él.
-¿A qué viene esta reunión en lunes? -dice Li Pen- ¿nos han despedido?
-A lo mejor nos dan el Nobel -contesta Max Wallach tocándole a Li el arode cristal
que lleva en la nariz-, tendrás que quitarte toda esa chatarra.
-Paso -bosteza Li Pen.
-Esperamos al gerente de la Fundación -dice el doctor Sean, señalando al monitor
en el que se ve alejecutivo aparcar delante de la casa y bajar del coche-. No me
gusta nada.
-Pep está bien -dice Li, mirando las pantallas de los ordenadores donde giran
cromosomas, listas infinitas de números y...