el hombre
Pedro Salinas. Defensa del lenguaje. Madrid, Alianza Editorial, 1992.
No habrá ser humano completo, es decir, que se conozca y se dé a conocer,sin
un grado avanzado de posesión de su lengua. Porque el individuo se posee a sí
mismo, se conoce, expresando lo que lleva dentro, y esa expresión sólo se cumple
por medio del lenguaje.
Ya Lazarusy Steinthal, filólogos germanos, vieron que el espíritu es lenguaje y se
hace por el lenguaje. Hablar es comprender, y comprenderse es construirse a sí
mismo y construir el mundo. A medida que sedesenvuelve este razonamiento y se
advierte esa fuerza extraordinaria del lenguaje en modelar nuestra misma
persona, en formarnos, se aprecia la enorme responsabilidad de una sociedad
humana quedeja al individuo en estado de incultura lingüística. En realidad, el
hombre que no conoce su lengua vive pobremente, vive a medias, aun menos.
¿No os causa pena, a veces, oír hablar a alguien quepugna, en vano, por dar con
las palabras, que al querer explicarse, es decir, expresarse, vivirse, ante nosotros,
avanza a trompicones, dándose golpazos, de impropiedad en impropiedad, y sólo
entregaal final una deforme semejanza de lo que hubiese querido [nótese el
subjuntivo] decirnos? Esa persona sufre como de una rebaja de su dignidad
humana. No nos hiere su deficiencia por vanas razones debien hablar, por
ausencia de formas bellas, por torpeza técnica, no. Nos duele mucho más adentro,
nos duele en lo humano; porque ese hombre denota con sus tanteos, sus
empujones a ciegas por lasnieblas de su oscura conciencia de la lengua, que no
llega a ser completamente, que no sabremos nosotros encontrarlo.
Hay muchos, muchísimos inválidos del habla, hay muchos cojos, mancos, tullidos
dela expresión. Una de las mayores penas que conozco es la de encontrarme con
un mozo joven, fuerte, ágil, curtido en los ejercicios gimnásticos, dueño de su
cuerpo, pero que cuando llega al...
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