El Incesto

El incesto: desde la psiquiatría del siglo XIX a Sigmund Freud y Karl Abraham. Genealogía de un concepto, avatares de una problematización.
Mauro Vallejo

Por extraño que resulte, uno de los objetos centrales del discurso psicoanalítico ha merecido hasta el presente una escasa atención por parte de los historiadores de esta disciplina. Debido tal vez a su estatuto incierto -no llega a ser unconcepto, integra diversas teorías irreductibles a una malla formal, es inseparable de un frondoso imaginario-, el incesto carece del privilegio con el cual la historiografía ha honrado a la mayoría de los elementos del saber freudiano.
De arriesgarnos a esgrimir alguna conjetura acerca de un olvido tan curioso, diríamos que la causa del mismo puede buscarse en dos frentes. En primer lugar, laredefinición que el psicoanálisis operó respecto del objeto incesto fue de una tal envergadura, supuso un corte tan radical en relación a los saberes previos, que la escritura de la historia de esa disrupción conllevaría una gesta paradójica. En efecto, la función y el carácter que ese elemento epistémico adquiere en la novedosa enunciación tiene tan poca relación con un pasado posible, mira desdeuna distancia tan extensa a sus predecesores, que ensayar un recuento histórico de ese salto equivaldría a efectuar el relato del nacimiento de un nuevo objeto, el cual, consecuentemente, habría roto todas las amarras que pudiesen unirlo a unas fuentes ya disueltas. Por ende, esa historia no sería sino la constatación de la construcción de un nuevo elemento; no sería el recupero de un pasado -éste,en una circunstancia así, no es otra cosa que un pesado telón de fondo, incapaz de iluminar la escena que se desencadena dándole la espalda-, sino el mero acompañamiento de la víspera de un presente.
La segunda razón por la cual la historia se ha visto en la incapacidad -o en el desinterés- de analizar el pasado del incesto psicoanalítico guarda una íntima relación con lo dichoanteriormente. La teorización freudiana de ese objeto fue no sólo completamente disruptiva, sino que presentó aun otra característica, conducente también a generar el silencio de los historiadores: se trata de una teoría muy simple, casi esquemática. Por tal razón, contar su historia se reduce a recordar las escasas fases en que ese elemento epistémico tomó forma.
Las dos razones son, a nuestro entender,ciertas y demostrables. Pero dejan de serlo según el abordaje a que sean sometidas. Si nos limitásemos a analizar los enunciados explícitos de Freud, señalando los objetivos inmediatos que su noción de incesto persigue, y reconociendo los problemas que su autor demarcó como aquellos a ser resueltos en virtud de su teoría, no podemos sino reconocer la veracidad de las dos hipótesis brevementepresentadas. En efecto, los textos freudianos, tal y como veremos dentro de unos instantes, no dejan margen de dudas: ahora, gracias a unos pocos enunciados muy simples, el incesto adquiere un estatuto completamente revolucionario.
No obstante, si optamos por otro procedimiento metodológico, haremos visible un escenario muy distinto. En lugar de circunscribir los enunciados referidos al incesto a lafinalidad que Freud les asignó en sus escritos, propondremos visualizarlos desde otra perspectiva. De tal forma, intentaremos señalar que, en lo atinente al asunto en cuestión, existe verdaderamente una confluencia entre el aporte psicoanalítico y las teorías que precedieron a tal saber. Habremos de buscar ese parentesco menos en la similitud de las argumentaciones sobre lo incestuoso, que en lahomogeneidad de los problemas que éste venía a resolver o diagnosticar. Por otra parte, en vistas a fundamentar nuestra hipótesis de trabajo, apelaremos a ciertos escritos de Karl Abraham con el fin de subrayar el modo en que la coincidencia propuesta pudo emerger.
En consonancia con lo dicho, este texto persigue una meta que parecerá incongruente. Partiendo del objeto epistémico que fundaría una...