el maestro
Estas expectativas se viven en todas las familias, en donde los progenitores hacen esfuerzos para suplir, de la mejor manera, lasnecesidades escolares de los niños: se busca una guardería, escuela o colegio de renombre y se proporcionan los materiales que demanda un óptimo aprendizaje.
Pero más allá de la responsabilidad y laobligación de proveer una formación escolar, es importante preguntarse ¿Pueden los padres discernir la buena de la mala educación?
Antes de resolver este cuestionamiento, habría que tener en cuenta algunasconsideraciones que podrían variar las posibles respuestas.
Para empezar, podemos tomar el caso de una madre que tiene una niña de 10 años. A ella le preocupa el bienestar de su hija, por eso vivependiente de la situación escolar de la pequeña, acude con frecuencia a la institución educativa y está atenta a que los profesores impartan todas las clases, a que lleguen de forma puntual y que proveanlas herramientas que los niños necesitan para el aprendizaje.
A pesar de que esta mamá fija su atención en puntos importantes, son aspectos que no son necesariamente decisivos para garantizar unabuena calidad en la enseñanza. El interés debe centrarse en conocer las características que el sistema educativo ofrece. Entre más conozcamos el funcionamiento de una estructura, tendremos un mejorcriterio para discernir qué es lo realmente bueno o malo, disminuyendo las posibilidades de engaño.
Que nuestros hijos reciban una buena educación infantil depende en gran parte del conocimiento que lospadres tengan del sistema educativo, esto es, saber y actualizarse sobre las reformas educativas y conocer la situación del profesorado. Así, las familias pueden ser agentes activos de un servicio...
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