El olor de los libros

El olor de los libros
LIBROS, LIBROS, LIBROS… Cada día se imprimen cientos, miles de libros. Parece que no se detendrá esta actividad. Esto no es nuevo. El rey Salomón era de este parecer puesescribió: “El hacer muchos libros no tiene fin” (Eclesiastés 12:12, Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras)
Algunos de estos libros serán leídos con avidez, otros permanecerán en loslibreros de colecciones particulares o en las bibliotecas esperando a ser leídos por lo menos una vez, otros ni siquiera eso. Sin embargo, de entre toda esa producción masiva de libros hay aquellos quedespués de ser leídos conservan no sólo un espacio en los estantes, sino también en los corazones de quienes los leen. Se recuerda con especial cariño el primer libro que se lee, aquel que conmueveprofundamente, o aquel que por el título o cuando se iniciaba su lectura se pensó que no era interesante y que, sin embargo, al ir avanzado en ella se termina, ensimismado de su lectura, hasta avanzada lanoche. Hay aquellos libros que hacen remontar el pensamiento a épocas pasadas. De esa manera, puede clasificarse algunos libros: buenos, regulares, malos, mediocres. De los primeros, puede coincidirseen la clasificación de José Vasconcelos cuando dice que 'hay libros para leer sentados y libros para leer de pie'.
Yo, en lo particular, cuando compro y leo un libro me llama la atención el olor quetiene cuando está nuevo. Recuerdo con especial cariño el olor que tenían los libros de texto que nos daban en la primaria. Me emocionaba cuando al principio del año escolar recibíamos los libros detexto. No sólo yo, sino también otros niños compartían esa emoción. Recuerdo que alguien de entre nuestros compañeros llegaba corriendo a decirnos que había visto al conserje bajando de un camión lascajas de libros. Entonces, corríamos por el pasillo para ver las maniobras de descarga, siguiendo con nuestras miradas el recorrido del conserje y ver, cómo poco a poco, aumentaba el volumen de las...