el roble
Un día la pájara carpintera bajó y subió ciento treinta y cinco veces del mismo árbol, después de lo cual se sentó a descansar. Pero, comoestaba medio aturdida, se le empezaron a ocurrir cosas que nunca se le habían ocurrido.
- Podría tener un negocio de muebles finos – pensó primeramente.
- O podría poner un cartelque dijera: ¡subo y bajo en ascensor, cualquier fruto y cualquier flor!
- Y también podría dar conciertos de tamboril.
- Pero mejor voy a empollar, aunque, en vez de empollar mishuevos, empollaré huevos de tórtola y de picaflor, de perdiz y de gorrión.
Y se puso tan contenta, que bajó y subió ciento setenta y nueve veces en dos minutos por el tronco delárbol.
Al final, dijo:
- Mañana mismo salgo de recorrida para reunir los huevos.
Y al otro día, bien tempranito, salió de recorrida a buscarlos.
Esperó a que Doña Gorriona seestuviera bañando en el charquito, y le sacó un huevito. Cuando el Sol estaba alto, la perdiz salió a dar su paseo y aprovechó el momento para sacarle otro huevo.
- Todas las demás pájarasme envidiarán por tener pichones tan variados ---dijo, y se dirigió a la casa de Doña Tórtola; sabía que aquella era la hora en que Doña Tórtola iba de compras al mercado debichitos, y así, tranquilamente, pudo sacarle otro huevito.
- Falta la Señora Picaflor ---dijo---. Iré cuando esté en los rosales.
Y esperó un ratito, subiendo y bajando tres veces por elviejo roble. Pero, al poco rato, se llevó también un huevito, chiquitísimo, de la Señora Picaflor.
- Ahora están todos ---dijo--. Y se sentó a empollarlos.
Espero ansiosa variosdías sin bajar ni subir por el tronco del árbol, hasta que empezaron a aparecer los pichones y, cuando estuvieron todos nacidos, anuncio en el tronco del roble viejo la buena nueva.
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