El silencio del asesino

Páginas: 11 (2671 palabras) Publicado: 1 de septiembre de 2010
Ernest Morrison se dejó vagar satisfecha mirada por el amplio y cómodo dormitorio y luego la dirigió hacia la ventana.

La luz se filtraba por entre las cortinas, una luz clara, de buena mañana. Parecía que, al fin, las molestas e interminables lluvias de días anteriores habían decidido marcharse.

Ernest Morrison permaneció durante algún tiempo en la cama porque no tenía razón para madrugardebido a que ya lo había hecho en días anteriores. Felizmente podía disfrutar de sus rentas, y estar tranquilo sin tener que dar explicaciones a su familia.

La vieja Ann Mac Nigan, su ama de llaves, a veces se quejaba de su desorden. A Ernest las quejas de la vieja Ann, le molestaban pero si no fuera por ella, en los años que se conocen, y tras la muerte de su mujer, Ernest estaría perdido.La vieja Ann quiso saber sobre la muerte de Mary, su esposa, y Ernest con sequedad le contestó que no habría sufrido mucho: y de esta manera dio por concluida la conversación.

Sin embargo, con el paso del tiempo, las cosas se habían suavizado, y Ann y Ernest convivían de manera razonable, aunque ella todavía hiciera patentes sus desacuerdos, y a el sus protestas continuaran molestándole.Ernest nunca le había dejado a Ann que se encargara del jardín porque lo quería hacer el. El jardín no era muy complicado porque era pequeño y las plantas no se mantenían solas.

Ernest salió de casa esperando el agradable canto de los pájaros. Cuando abrió la puerta se escuchaba el ruido de un taladro agujereando la acera. Y por esa razón, no tuvo más remedio, que irse al Dragón Arms.

El DragónArms era un sitio agradable y tranquilo que sin ser un club, cumplía todas sus funciones. Para Ernest, este bar, era como una casa para un hombre solitario y feliz.

Ernest, aunque Mary Adams muriera, era un hombre feliz porque siempre había deseado la tranquilidad.

En resumen, Ernest Morrison era un convecino ideal, al que todo el mundo le pedía opinión.

Y por esta razón, a la gente deWigglield, les costó tanto admitir que era un frío y cruel asesino. Ernest seguía con su misma sonrisa y caballería, sin saber que en unas horas su vida iba a cambiar radicalmente.

La mañana transcurrió satisfactoriamente: un paseo hasta el campo de golf y un no menos apacible partido.

Ernest no era un gran jugador de gollini, lo quería ser; se conformaba con hacer unos cuantos pares y estabacontento.

Cuando acabó el partido, no se dirigió hacia su casa, sino que se fue al Dragon Arms, donde comía bien y esperaba a sus amigos de poner para echar unas partidas.

Esos compañeros eran el señor Williams que, ya retirado nos aconsejaba; el coronel Huges, auténtica gloria local por dirigir una cuadra y el señor Mac Pherson, director de la oficina local de Midlonds Banc; y algunasveces Ronald Todd, el comisario de policía.

Pero ese día, de los cinco que podían hacer su partida de poker, solo fueron tres porqué ni el comisario ni el doctor Williams aparecieron por allí.

El ruido de un coche patrulla detuvo la partida de poker. Era el sargento Taylor, al que le gusta el te solo, y el agente Smith, al que le gusta el te con una nube de leche.

El camarero Thomas comenzó apreparar los tes. Pero el sargento y el agente se dirigieron hacia la mesa de los jugadores de poker, y se llevaron a Ernest Morrison con ellos.

Ernest no hizo preguntas y le siguió.

Todos los de Dragon Arms se quedaron mirando. Cuando se alejaron comenzaron las preguntas:

Mac Pherson no contestó a ninguna de las preguntas, pero el coronel, que es muy “sabiondo”, dijo que el sargentoTaylor le había dicho con voz de orden que le acompañara por las buenas, o por las malas. Y entonces todos empezaron a humillar al señor Morrison.

El comisario Todd no se levantó para recibir a Ernest Morrison como era evidente.

El comisario no estaba muy feliz porqué en esa mañana habían descubierto que Ernest enterró a Mary debajo de un árbol.

Ernest estaba muy nervioso y no sabía que...
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