El Sol
Tiene 16, casi 17 años y nose pone a averiguar cuando juega: se entrega al juego cuando no lo ve nadie; lo mejor del juego: no hay palabras: sólo conductas, actitudes, o el compromiso de llegar a algún sitio en cierto tiempo, oa través de rutas muy peculiares, o como siendo cierto (incierto) personaje, o siendo el gesto o el trayecto de no sabe quién ¿leído o recordado? Gesto, fuerza del hacer gestos. Ahora: cara en alto,no cerrar los ojos al fogonazo del sol: eso, no cerrarlos. Caminar pausadamente. Los brazos despegados. Dedos extendidos, tensos. Palmas hacia el frente. Después se sentó y empezó a comer sacando frutay pan de la mochila. Luego escribió su nombre en una piedra, con el plumón: Mario Escudero. Luego trazó el contorno de un corazón (“¿por qué los pinta uno así?” No son así, sería una bolsa oscuracomo coágulo, llena de tubos, con cierta sugerencia de consistencia horrorosa, bolsa potente capaz de succionar y expulsar sangre a toda hora, no que esto” y la imagen vagamente repulsiva del libro deanatomía, en color, venía evocada con el trazo, como la del hombre absolutamente desnudo desollado sin piel, los músculos a la vista, ojos redondos y sin párpados, o el sistema nervioso, o el aparatodigestivo, debajo el esqueleto, esa armazón que uno pude palparse a través de la piel, la calavera dentro de la cara) y dentro del corazón puso sus iniciales, ME, después con cierta vacilación las...
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