El Ultimo Año De Ruben Dario

El autor es abogado |
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Rubén Darío, al final de su vida, estaba sin fortuna, solo, sin corona de oro y diamantes, sólo con coronas de laureles ya marchitos, pero brillantes de gloria; estaba enfermo, viviendo de pobres ayudas de periódicos, revistas y amigos; y abandonado, viendo que la muerte ya lo rondaba, tal vez recordaba cuando escribió: “Yo tenía una estrella en la mano, y era en miNicaragua, mi Patria natal”.Y pensando en su lejana tierra, su Nicaragua que lo añora, decide venirse para morir en su adorada patria que siempre quiso, lo manifiesta en su poema Retorno, “A través de las páginas fatales de la historia, nuestra tierra está hecha de vigor y de gloria, nuestra tierra está hecha para la humanidad... Si pequeña es la patria, uno grande la sueña. Mis ilusiones, y misdeseos, y mis esperanzas me dicen que no hay patria pequeña, y León es hoy a mí como Roma o París”.Abandonando Europa, llega a Nueva York, después a Guatemala, donde no tuvo acogida del tirano Manuel Estrada Cabrera, por considerar a Darío, zelayista, amigo del ex Presidente de Nicaragua, general José Santos Zelaya, su enemigo político. Ya en Nicaragua se puso en manos de su fraternal amigo, doctorLuis H. Debayle. Ya todo era inútil. No había nada que hacer. Velando y esperando el desenlace fatal, estaban los doctores Debayle, quien nunca se apartaba de él, Francisco Paniagua Prado, Santiago y Abraham Argüello; don Alfonso Valle, Andrés Murillo, su cuñado; María Alvarado, con su hermano Arturo, Francisca Soriano; su esposa Rosario Murillo, quien rezaba y lloraba inconsolablemente. El padreFélix Pereira lo auxiliaba de manera religiosa. Antes el padre Nicolás Tiberino y Loáisiga, quien con el tiempo llegó a ser Obispo de León, lo había confesado. En su pecho colgaba un crucifijo obsequiado por su amigo el poeta mexicano Amado Nervo. Eran las 10:15 de la noche del 6 de febrero de 1916, cuando el joven Alejandro Torrealba rompió la cuerda del reloj de bolsillo de Darío, marcaIngersoll, dejó de vivir físicamente el Príncipe de las Letras Castellanas y fundador del Modernismo, y por ende Gloria de la Literatura Universal, volando su espíritu excelso al infinito, para romper el círculo de acero de la inmortalidad. Su poesía y prosa a más de un siglo de su vasta producción siguen vivas, y por su visión futurista, encanto y belleza, apasionan a las nuevas generaciones de poetas,escritores e intelectuales en general, que deben en su Fuente Castalia inspiración sublime.De las 2, hasta las 7 de la mañana duró la autopsia y embalsamiento, practicado por los mismos doctores y los internos del Hospital San Vicente, Serbulo González, Luis Hurtado, Manuel Pérez Mora, Roberto y Enrique Debayle. Murió de cirrosis atrófica. Antes de morir y después el dibujante Octavio Torrealba,hizo bosquejos de sus rasgos principales; el barbero Adán Castillo lo arregló en su tocado personal. El artista José López fue encargado de la mascarilla de yeso, y los fotógrafos Cisneros y Gutiérrez, encargados de todas las fotos, por el Comité. Fue vestido de levita y guantes negros para velarlo. A excepción del corazón y el cerebro, las vísceras fueron enterradas por Andrés Murillo en un pequeñoataúd en el Cementerio de Guadalupe, al lado de su tía que lo crió, doña Bernarda. Después de la exitosa extracción del cerebro practicada por Debayle, el doctor Escolástico Lara y los mismos estudiantes de Medicina, sucedieron hechos lamentables y dolorosos que trascendieron. Según Debayle, doña Rosario le cedió el corazón y el cerebro, después su hermano pidió el corazón, aceptando Debayle.Pero posteriormente don Andrés cambió de parecer posesionándose del cerebro, invocando un derecho sentimental de su hermana Rosario. Aprovechando la ausencia de Murillo, Debayle huyó con el frasco del cerebro, persiguiéndolo por instancia de Murillo, la Policía que custodiaba la casa mortuoria. A solicitud de Debayle pasaron el caso a la Dirección de Policía donde la Policía llevó el frasco. El...