Electrorrecepción Y Órganos Eléctricos
Eléctricos
Cristina Monterrubio Martín • Daniel Santos Santos
Electrorrecepción y órganos eléctricos
Introducción
Algunos animales han desarrollado una
increíble capacidad sensorial, son ca‐
paces de detectar campos eléctricos
producidos de forma natural en la esca‐
la de microvoltios o incluso nanovoltios con la ayuda de receptores especializa‐
dos. Las señales eléctricas, que llevan
información sobre la estructura del
ambiente y la actividad de otros anima‐
les, son procesadas en regiones especi‐
Aicas del cerebro. Este sentido eléctrico
pasivo puede ser utilizado para orien‐
tación, evitación de obstáculos o detec‐
ción de presas y es particularmente útil
en condiciones que limitan el uso de otros sentidos, por ejemplo de noche o
en aguas turbias.
En peces los electrorreceptores pueden encontrarse en lampreas así como en
otros muchos grupos de peces verdaderos, donde están limitados a la cabeza o
distribuidos a través de toda la superAicie del cuerpo. También se encuentran en
peces cartilaginosos como elasmo‐
branquios.
Entre los anAibios, la electrorrecep‐
ción ha sido demostrada en larvas, varias salamandras adultas pero
hasta ahora no en adultos del gene‐
ro anura. La falta de sentido eléc‐
trico en los anuros puede deberse a
su estilo de vida no predatorio.
Ejemplos de especies de urodela
electrorreceptivos son Andrias da
vidianus, Ambystoma mexicanum y
Proteus anguinus. Particularmente
para el último el valor de un senti‐
do eléctrico es obvio, ya que viven en cuevas y son prácticamente cie‐
gos, por lo que pueden reconocer
presas y objetos por sus campos
eléctricos. Generalmente la función principal del sistema electrosensorial en
anAibios parece ser la localización de presas y objetos.
Cristina Monterrubio Martín • Daniel Santos Santos•
Electrorrecepción y órganos eléctricosTres especies vivientes de monotremas han mostrado ser capaces de elec‐
trorrecepción Ornithorhynchus anatinus, Tachyglossus aculeatus y Zaglossus
bruijnii.
Algunos peces, conocidos como peces eléctricos, han ido un paso más allá y
han desarrollado un sentido eléctrico activo. Con la ayuda de órganos eléc‐
tricos, pueden generar un campo eléctrico fuerte o débil y usarlo para co‐municación eléctrica, electrolocalización activa o, en el caso de descargas
eléctricas fuertes, incluso para aturdir presas o predadores.
La electrogénesis ha evolucionado independientemente en al menos seis li‐
neas distintas de teleosteos y elasmobranquios, los cuales se pueden subdi‐
vidir en peces eléctricos débiles y fuertes; según el poder de su descarga
eléctrica. Las descargas eléctricas débiles, de no más de unos pocos voltios, son generadas por varios cientos de especies de peces marinos y dulceacuí‐
colas. Varias docenas de peces son capaces de generar fuertes campos eléc‐
tricos, la anguila eléctrica es probablemente el ejemplo más conocido; y
pueden utilizar las fuertes descargas para cazar presas o para defensa contra
predadores, además suelen tener órganos eléctricos accesorios débiles para electrolocalización activa y comunicación eléctrica.
Cristina Monterrubio Martín • Daniel Santos Santos•
Electrorrecepción y órganos eléctricos
Electrorrecepción
La vida libre de los animales depende de un constante Alujo de información
desde el medio que les rodea, para que una vez computada e integrada ésta
pueda el animal enviar las instrucciones adecuadas a las glándulas, múscu‐los, cromatóforos y otros órganos efectores relacionados con la actividad
animal. El primer contacto que tiene el animal con su hábitat es por medio
de un sistema receptor sensorial especializado, en el que la energía química,
radiante, mecánica, etc., produzca las transformaciones precisas para que
estos receptores originen un tren de potenciales de acción, modulación en ...
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