Emociones

2. La posibilidad de gozar de una vida plena y humana viene determinada por nuestra percepción personal de la realidad, es decir, por nuestra visión:
Para empezar a reconocer nuestros afectos es importante, en primer lugar el silencio y la soledad, únicamente allí podremos enfrentarnos cara a cara con la realidad de lo que somos y de lo que tenemos. Allí podremos procesar y elaborar todasaquellas impresiones que nos presenta la vida. Poco a poco podemos ir descubriendo que la posibilidad de gozar de una vida mejor, de una vida plena, viene determinado por nuestra percepción personal de la realidad, es decir, de nuestra visión. Ustedes y yo miramos la realidad (nosotros mismos, los demás, la vida, el mundo, Dios) con los ojos de nuestra mente. Pero todas esas cosas las vemos de maneradiferente. La visión de ustedes de la realidad no es la mía... y viceversa. Tanto la visión de ustedes como la mía son limitadas e inadecuadas, aunque no en idéntico grado. Tanto uds. como yo mal interpretamos y distorsionamos la realidad, pero lo hemos hecho de maneras totalmente diferentes. Cada uno de nosotros ha visto una parte de verdad y de belleza que el otro no ha sido capaz de ver. Lodecisivo es que las dimensiones y la claridad de dicha visión son las que determinan las dimensiones de nuestros mundos respectivos y la calidad de nuestras vidas. En la medida en que no hayamos sabido ver o hayamos distorsionado la realidad, en esa misma medida han quedado reducidas nuestras respectivas vidas y nuestra felicidad. Por tanto, si queremos cambiar (crecer), primero ha de producirse uncambio de dicha visión o percepción fundamental de la realidad. Cuando una persona lo suficientemente flexible continua integrando lo nuevo en su propia percepción resulta transformada. Pero es siempre dicha visión, aunque cambie, la que controla la calidad de la vida humana y la participación en ella.
Lo primero que se requiere para identificar la propia visión y sus deformaciones es unadisposición fundamental a afrontar los hechos, sean cuáles sean. Lo cuál es cuestión de valor y de humildad. Esta buena disposición implica, concretamente, que uno está dispuesto a reconocer que no es dueño de toda la verdad, reconocer en justa medida que hay algo verdadero en lo que percibo, pero que está lejos de ser la única verdad. Y esto no es fácil para la mayoría de nosotros, porque tenemos tantanecesidad de la aprobación y del respeto de los demás que nos aterra todo cuanto pueda deteriorar nuestra imagen y el sentido de nuestra valoración personal, como sería el reconocer todo aquello que debilite la imagen que he creado de mí mismo.
A un nivel más general, debemos estar dispuestos reconocer la existencia de un mayor o menos desfase de credibilidad entre lo que realmente somos y loque pretendemos ser (entre el yo real y el yo ilusorio). A veces este yo ilusorio engaña a los demás: aparentamos ser inteligentes, competentes, profundos, seguros frente a los demás, invulnerables frente a las tentaciones de toda índole, o lo que sea... Pero a veces nos engañamos incluso a nosotros mismos, porque reprimimos en nuestro inconsciente los hechos que no podemos afrontar, así como lostemores, las ansias y las irritaciones que nos somos capaces de admitir. Nos obstinamos en negarle la entrada a la verdad, que no deja de llamar a nuestra puerta pidiendo ser admitida y reconocida. Lo primero que necesitamos es valor y humildad. Por necesidad o por propia decisión, la mayoría de nosotros practica alguna forma de autoengaño. Valiéndonos de algún truco especial, mantenemos a flote anuestro ego y dejamos fuera del campo de nuestra visión el resto de la realidad. Por eso es importante dejar que la vida nos interpele. Dejar que la vida nos interpele nos ayuda a averiguar quienes somos y que es lo que realmente amamos. Según Victor Frankl la mayoría de nosotros está constantemente haciéndole preguntas a la vida: En nuestro interior las expectativas juegan un rol decisivo,...