engel pasola
Si alguien quiere saber cuál es mi patria
I
Si alguien quiere saber cuál es mi patria
no la busque,
no pregunte por ella.
Siga el rastro goteante por el mapa
y su efigie de patas imperfectas.
No pregunte si viene del rocío
o si tiene espirales en las piedras
o si tiene sabor ultramarino
o si el clima le huele en primavera.
No la busque ni alargue las pupilas.
Nopregunte por ella.
(¡Tanto arrojo en la lucha irremediable
y aún no hay quien lo sepa!
¡Tanto acero y fulgor de resistir
y aún no hay quien lo vea!)
No, no la busque.
Si alguien quiere saber cuál es mi patria,
no pregunte por ella.
No quiera saber si hay bosques, trinos,
penínsulas muchísimas y ajenas,
o si hay cuatro cadenas de montañas,
todas derechas,
o si hay varios destinosde bahías
y todas extranjeras.
Siga el rastro goteando por la brisa
y allí donde la sombra se presenta,
donde el tiempo castiga y desmorona,
ya no la busque,
no pregunte por ella.
Su propia sangre, su órbita querida,
su instantáneo chispazo de presencia,
su funeral de risa y de sonrisa,
su potrero de espaldas indirectas,
su puño de silencio en cada boca,
su borbotón de iraen cada mueca,
sus manos enguantadas en la fábrica y
sus pies descalzos en la carretera,
las largas cicatrices que le bajan
como antiguos riachuelos, su siniestra
figura de mujer
obligada a parir
con cada coz que busca su cadera
para echar una fila de habitantes
listos para la rueda,
todo dirá de pronto dónde existe
una patria moderna.
Dónde habrá que buscar y qué pregunta se solicita. Porque apenas
surge la realidad y se apresura
una pregunta, ya está la respuesta.
No, no la busque.
Tendría que pelear por ella...
II
Así vamos los pueblos de la América
en mangas de camisa. No pregunte
nadie por la patria de nadie.
No pregunte
si el plomo está prohibido, si la sangre
está prohibida, si en las leyes
está prohibida el hambre.
Si resulta lanoche
y firmemente los labriegos saben
el rumbo de la aurora,
el curso de la siembra. Si los sables
duermen por largo tiempo,
si están prohibidas las cárceles...
Porque apenas en crudo mozalbete desgranado
enarbola la paz como un fragante
pabellón infinito, en nombre del amor
o de la juventud en medio de las calles,
el látigo produce su rúbrica instantánea,
su bronco privilegio.Porque apenas
un escritor coloca sus telares
en la página blanca y teje un grito
y pide paz y pide voz o pide pan y luz
para las sombras populares,
para los barrios, para las niñas,
para las fábricas, para los matorrales,
cuando no es el ostracismo es el silencio,
cuando no es el olvido es el gendarme...
Y así vamos los pueblos de la América
tan numerosos y unos. No pregunte nadie
por la patria de nadie.
Ni en los países del mar o los océanos
todos con sus hermosas capitales,
ni en las islas o los cayos
matinales.
No pregunte si hay minas infinitas,
todas inagotables,
y luchas por salvarlas del saqueo,
todas con cadáveres...
Un aroma común, un aire justo
de familia recorre nuestros ángeles,
nuestros fusiles, nuestras metonimias...
Un rostroamargo y una misma mano y unas ardes
melancólica de nuestras tierras creían
los mismos sudores, los mismos ademanes
y la misma garra sangrienta y conocida.
Nadie pregunte por la patria de nadie.
Por encima de nuestras cordilleras y las líneas
fronterizas, más rejas y alambradas que carácter,
o diferencia o rumbo del perfil,
el mismo drama grande,
el mismo cerco impuro el ojovigilante.
Veinte patrias para un solo tormento.
Un solo corazón para veinte fatigas nacionales.
Un mismo amor, un mismo luego para nuestras tierras
y un mismo desgarramiento en nuestra carne.
No, no pregunte
nadie por la patria de nadie.
Tendría que mudar de pensamiento
y llorar solamente por la sangre...
III
Si alguien quiere saber cuál es mi patria
se lo diré algún día.
Cuando...
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