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Narrador: Había una vez en un pueblo muy lejano dos hermanas muy lindas y buenas que limpiaban siempre su cabaña en la que vivían con su madre, las niñas eran Rosa Roja y Nieve Blanca, a una le gustaba limpiar y a la otra cocinar; por eso su madre era muy feliz y agradecida.
Pero un día cuando estaba nevando ellas estaban acurrucadas frente a la chimenea sucedió algo increíble…
Oso: (tocandola puerta) Necesito ayuda me estoy congelando, ayúdenme por favor.
Madre: (preocupada) Hijas ábranle al pobre hombre se ha de estar congelando del frío, apresúrense y ayúdenle.
Rosa Roja: Sí mamá. (abre la puerta y grita de susto al ver al oso) Un oso, mamá no es un señor es un oso, haaaa!!!.
Oso: No hermosa joven, no te asustes sólo quiero que me ayuden por que tengo mucho frío. No le haré dañoa nadie.
Madre: Pase señor oso acérquese al fuego de la chimenea para que se sienta mejor.
Nieve Blanca: (Frotando la espalda del oso) Usted no se preocupe aquí le ayudaremos con mucho gusto.
Narrador: El oso pasó la noche ahí, mientras platicaban a diario; el oso pasó ahí varios días hasta que llego la primavera y se tubo que ir para defender su tesoro de los duendes. Una tarde las jovencitassalieron al bosque a pasear como de costumbre, cuando de pronto vieron a un duende en problemas.
Fueron a ayudarle pues se había atorado su ropa y no podía desenredarla, su blusón y el hilo estaban fuertemente entrelazados y a pesar de que intentaron zafarlo no pudieron por lo que sacaron sus tijeras y cortaron un pedazo de su ropa que había quedado fea. Al ver su ropa cortada la duende comenzóa gritar molesta.
Duende: ¿Cómo es posible que sean tan bobas? No fue suficiente con entrometerse en lo que no les incumbe sino que cortaron también mi ropa, no me atreveré a mostrarme así a mis amistades. ¡Van a recibir el castigo que merecen!
Narrador: Después recogió un saco de perlas que había escondido entre los arbustos y, sin pronunciar ninguna palabra más, desapareció detrás de unapiedra.
Poco tiempo después Nieve y Rosa fueron a pescar. Cuando llegaron a la orilla del río por que pasarían, vieron algo que les pareció un gran saltamontes que saltaba al borde del río como si quisiera escapar de algo. Cuando se acercaron, vieron que era de nuevo la duende.
Rosa Roja: ¿A dónde vas ahora? No pretenderás tirarte al agua ¿verdad?
Duende: ¡No soy tonta! ¿No ven que ese pecesoteencantado quiere arrastrarme al fondo del río?
Nieve Blanca: (curiosa) No seas tan gruñona duende sólo tratamos de ayudarte, pero parece que prefieres no dejarte ayudar.
Narrador: Rosa Roja después de un rato tratando sin éxito de zafar a la duende decidió cortar la parte de ropa enredada. La duende enfurecida por que le rompieron de nuevo su ropa les conto a las niñas que se había sentado a laorilla para pescar con su caña. Pero un golpe de viento enredo su ropa con el hilo de la caña, en el preciso momento en que un pez había mordido un anzuelo y no había tenido la fuerza suficiente para zafarse.
Rosa Roja: Y ano s vamos duende enojona cuídate mucho para que no corras peligro.
Nieve Blanca: Sí por que tenemos que ir al bosque por fruta y flores, regresaremos más tarde.
Duende:Lárguense no las necesito, las duendes somos muy inteligentes. No como otras.
Narrador: Las niñas sin pendientes se fueron; después de varias horas volvieron a pasar por el río y observaron que un águila perseguía algo…de pronto el gran ave cayó en picada y capturo algo que estaba escondido detrás de una roca. Al instante, oyeron un grito penetrante. Acudieron y contemplaron asustadas como el águila habíacapturado a la duende y quería llevársela.
Compadecidas sujetaron fuertemente a la duende y lucharon contra la fuerza del águila, hasta que soltó a la engreída duende. Cuando el duende se recuperó del susto gritó.
Duende: ¿No podían haber tenido más delicadeza? Han tirado tan fuerte de mi ropa que la han dejado hecha jirones. ¡Qué torpes son!
Rosa Roja: No seas tan gruñona que para la...