Ensayo acto moral

El Acto Moral Por Guido Ramón Silva González
Basados en la tesis de que toda moral se compone fundamentalmente por un conjunto de reglas y normas que tienen su génesis en la interacción humana ocurrida en el seno de las sociedad en su avance existencial, por un lado, y por el otro, que el desarrollo moral como proceso vivencial y colectivose divide en etapas, es decir, primero se desarrolla la moral heterónoma desde los 6 los 9 años y seguidamente se alcanza la moral autónoma que parte desde los 9 a los 12 años, con un período de transición entre los 8-9 y 10 años (Payá 1997); es importante analizar el papel del docente al asumir el rol de facilitador de aprendizajes y de “acompañador” del educando en esas etapas de crecimientofisiológico y cognoscitivo en su carrera por alcanzar su madurez moral.
De allí la importancia de los estudios realizados por Piaget sobre la socialización mediante la interrelación da entre iguales y demostrando que el desarrollo moral es algo más que el aprendizaje de las normas sociales y por Kohlberg que teorizó sobre el desarrollo moral como proceso natural y evolutivo y su identificacióncon el desarrollo del juicio moral.
Ahora bien, la evolución hacia la adquisición de pautas morales depende a mi manera de ver, de uno conjunto de características y atributos intrínsecos y factores extrínsecos. Puesto que se debe considerar, además de la influencia del entorno, como disparador de conductas (según la teoría conductistas); el desarrollo cognoscitivo, como proceso de adquisición yprocesamiento de información y el razonamiento que en su esencia es netamente autónomo.
En todo caso, lo que se quiere significar es la importancia de considerar todos estos aspectos en forma rigurosa y exhaustiva como base para estructurar estrategias de enseñanzas y de aprendizajes orientadas a crear condiciones y espacios para el desarrollo de la moralidad autónoma.
La escuela como espacio desocialización forzada (por lo menos desde la visión de los niños que muchas veces la ven como obligatoria e impuesta) ha contribuido enormemente a la inducción de comportamientos basados en lineamientos morales mediante la utilización de herramientas y métodos impuestos y punitivos. Al respecto Payá (1997) señala que a partir de la relación con otras personas se va formando la idea de existencia denormas que han de ser respetadas, aunque con la noción de respeto que mezcla el afecto y el miedo. Y quien mejor que la escuela para moldear comportamientos en los niños utilizando para ello la imposición disfrazada con palabras para que taxativamente se cumplan las normas y reglamentos, y por cierto, en las que él nada tuvo que ver. Se impone la fuerza de un docente autoritario en su afán delograr los objetivos y exigencias de un determinado programa curricular descontextualizado y muchas veces lejano de cualquier concepción humanista del proceso de enseñanza aprendizaje.
Muy a pesar de contar con currículos renovados y supuestamente adaptados a la realidad, las estrategias didácticas basadas en la promoción del miedo, apego a la obligación y el deber sin discusión y sin tela dejuicio, siguen vigente en las aulas de nuestras escuelas.
En este sentido se coincide con el planteamiento de Matute (1997) de que no puede haber un juicio de conciencia cuando los actos efectuados han sido obligados por una autoridad o por una acción coercitiva de agentes extraños a nosotros mismos. Muchos docentes no generan la suficiente confianza en los niños que permita romper con esa barreraautoritaria y de poder omnipotente.
Entonces, más que proporcionar espacios para alcanzar la autonomía plena en los educando, el sistema escolar, haciendo uso de su configuración estructural y legal que se materializa en las acciones de los docentes y colaboradores, configura y reproduce el modelo reforzador, castigador e impositivo. Parte de esta herencia actitudinal tiene su origen en nuestro...