ensayo
“VILLA DE LOS NIÑOS”
ENSAYO SOBRE EL LIBRO: Soy diferente: emos, darketos y otras tribus urbanas (Una guía para entender a los adolescentes de hoy), de Marisa Escribano y Mauricio Carrera.
NOMBRE DEL ENSAYO: “Las culturas juveniles como medio de expresión”.
NOMBRE DE LA PROFESORA: María Isabel Porras Gómez.
GRADO: Tercero
“LASCULTURAS JUVENILES COMO MEDIO DE EXPRESIÓN”
“De todas las bestias salvajes, el joven es la más difícil de manejar” Platón.
Inicio este ensayo haciendo alusión a la anterior frase, pues en una simple leída puede desvirtuarse su sentido y creer que las palabras de Platón se remontan a considerar que los adolescentes y jóvenes carecen de todo aspecto intelectivo, emotivo y volitivo. Quiero suponer queno, simple y sencillamente porque no es cierto. Creo que en ocasiones si se dejan llevar por sus emociones y pueden llegar a ser impulsivos e instintivos, pero en otras, en la mayoría, son bastantes racionales y voluntariosos y debido a ello es por lo que se puede aceptar dicha frase.
Los jóvenes no se conforman fácilmente y cuestionan todo a su paso, principalmente la ideología del adulto, quetrata de reprimir su albedrío y obliga a aceptar lo que éste considera como única verdad; lo que ha aceptado, o bien, en su momento ha sido obligado a aceptar. Quizá por esta razón no se admite fácilmente que los jóvenes busquen su propia identidad a través de la formación de grupos diferenciados –culturas juveniles- por sus propias características, que influenciados o no por otras culturas, tratande imponer cierta autenticidad. Estos grupos no pueden ser manejables porque no están de acuerdo con la manera tradicional de comportarse, pensar y ser y ejerciendo un derecho inalienable del ser humano, la expresión, protestan buscando ser escuchados y si así lo deciden los demás, comprendidos.
Como un ejemplo de lo anterior, quiero compartir una experiencia; una vivencia, que me hace rechazarlas palabras de Platón (si es que consideró a los jóvenes como entes sin razón, inteligencia y voluntad):
Recuerdo muy bien mi infancia y a mis hermanos pelear con mi padre cuando llegaba de trabajar y los veía que corrían a apagar el stereo a todo volumen. Mi padre les gritaba preguntando si estaban locos o qué, por escuchar esa música de greñudos y estrafalarios; música del diablo. Les decía,muy al estilo Maldita vecindad, que “en sus tiempos todo era decente y muy normal”; que los adolescentes se peinaban con vaselina o cortaban su cabello a casquete corto; que su camisa siempre estaba muy bien planchada y hasta almidonada; que usaban traje casimir con su respectiva cadena de leontina para sujetar su reloj de bolsillo; y, que por supuesto la música era bonita y armónica sin gritos niestruendos.
Yo no entendía porqué el enojo de mi padre si él también había sido joven y hasta habia pertenecido (sin saberlo) a las culturas juveniles actuales (no tribus urbanas), como la de los pachucos y de los rebeldes sin causa, si solo mis hermanos estaban escuchando la música que reflejaba su sentir y pensar, aquella con la que se identificaba: el Heavy metal. Un poco de Led Zepellin,Black Sabath, Iron Maiden, Judas Priest o Metallica, era suficiente para poder expresarse, o bien, vestían playeras negras estampadas con esas bandas, pantalones strech entubados, botas mineras y cinturones y muñequeras con trompillos y estoperoles, y cualquier otro aditamento que reflejara su oposición al sistema conservador del deber ser alienado (Machín, 2010).
Quizá la razón de su descontento sedebía a que en sus tiempos las prácticas de los adolescentes y jóvenes eran más sanas y no había drogas o, por lo menos, no eran tan sintéticas ni dañinas, y su indumentaria y música los orientaba a conformar grupos comunes y corrientes y no en bandas, que para él era sinónimo de vicio y holgazanería pensando como García Robles menciona que “no es posible la existencia de una banda sin drogas”...
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