Ensayo
La caída del gobierno de Sánchez de Lozada en octubre de 2003 -a raízde una revuelta popular limitada al occidente del país- fue el clímax de esta crisis. No sólo significó la derrota política de un líder político y del principal partido de gobierno; tuvo también dos consecuencias catastróficas para el sistema político: el derrocamiento de dos partidos relevantes - el MNR y el MIR- que conformaron los gobiernos democráticos desde 1985 y el fin (temporal?) delsistema de gobiernos de coalición. Resultado de esta crisis de gobierno y Estado, el gobierno de Mesa lanzó un frágil experimento de "gobierno sin partidos" que ha estado atrapado en una lógica de ingobernabilidad. En consecuencia, Bolivia plantea, en la actualidad, la misma problemática de sistemas políticos en los cuales dos requisitos fundamentales de la viabilidad de regímenes democráticos seestán desvaneciendo: la existencia de partidos políticos y de Estados capaces de cumplir con sus funciones básicas. La democracia boliviana se encuentra particularmente en una grave encrucijada porque los partidos políticos como actores claves del sistema político –sin ellos no hay democracia- están desgastados y arrinconados en un panorama antipolítico y antipartido que ellos mismos han creado.
Dadoque los partidos no han estado a la altura de los desafíos, económicos y sociales, es necesario cambiar de óptica en el análisis de la crisis que afecta a los partidos. El enfoque teórico, que planteo en este trabajo, parte de la hipótesis principal de que los partidos políticos y el sistema que ellos conformaron, no se enfrentan a una serie crisis de descomposición, sobre todo, por lavolatilidad de la representación política - éste es el planteamiento predominante que remite el problema a una crisis de confianza y credibilidad, lo cual es casi una tautología -, sino por las deficiencias y fracasos de los partidos en la gestión gubernamental y estatal. La crisis de la representación política es una consecuencia de la crisis de los partidos como actores gubernamentales y no a la inversa.Desde esta perspectiva, la cuestión esencial sería: ¿por qué los partidos no han tenido la capacidad de cumplir suficientemente con las funciones que la teoría política y el sistema democrático les atribuyen? Y como derivación también el problema que suscita la crisis en Bolivia y en la región andina: ¿Pueden los movimientos sociales, o podrán las llamadas "agrupaciones ciudadanas" y loscandidatos independientes mejorar la representación política y sustituir a los partidos políticos como postulan la nueva CPE y muchos dirigentes sociales incluso dirigentes políticos como el ex –presidente Quiroga? ¿Es posible la democracia sin partidos políticos? Son tan grandes los contrastes entre la teoría de los partidos y el déficit de funcionamiento de éstos en América Latina que sorprende que...
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