ensayo

FIESTA DE BODAS
LEYENDA PIEDECUESTA CUENTA

En la madrugada del viernes las mujeres de la vereda se levantan con el lucero que por el oriente divisa con luz fulgurante, el pueblo de Piedecuesta. Algunas de ellas con el gran afán de prepara las viandas que serán llevadas a la gran fiesta de matrimonio de Josefina.
La muchacha noble, recatada y hacendosa que en un momento prendió el fuego delamor como un chispazo de Teófilo quien todas las tardes dejaba la mirada de los surcos para contemplar los ensortijados cabellos de Josefina.
Una navidad, una semana santa pasaron visitas, regalos, acompañamientos a la iglesia principal, cerveza y chiva clausen para terminar en el concebido pedido de manos que solo fue azaroso por la descendencia política de los novios, ya que cada unopertenecía a una vereda de diferente color pero que el amor borro esa diferencia.
Gallinas, cabros, piscos colgados en ancas de las mulas hacían su viaje final hacia el sancocho de la boda.
Las mujeres seguían preocupadas y por el afán de llegar donde doña Clorita quien desde el mes de febrero había recibido el encargo de confeccionar el vestido de la novia. Los hombres con su arreo no solo tiranparte de la parafernalia festiva si no que parte de las cosechas de aquella temporada que les serviría para hacer dinero con el cual conseguirían el ron, el aguardiente, la cerveza y sin dudar la panelita para hacer el guarapo de la fiesta.
Sudorosas las mulas camino al valle de Piedecuesta trotaban ligeramente pareciendo que estuvieran contagiadas con la alegría de la boda. En cada tienda lacaravana de novios y familiares recibían felicitaciones y aplausos sin faltar el trago como brindis de la unión de dos jóvenes muy conocidos en la comarca.
El sol remontaba el horizonte golpeando en sus espaldas y proyectando una sombra que quería llegar primero a las vetustas calles del pueblo, sobre la margen del rio de oro camino de los llanitos la caravana sentía el bullicio de las lavanderasgolpeado sus ropas contra las piedras en un concierto de percusión que acompañaban con sus desafinados cantos mientras encorvados acariciaban las prendas para sacar de ellos su blancura.
-mire¡¡ el pueblo Josefina.
Hoy parece más alegre, baja más agua pué el rio pa que mueva ese motor que esta allá adentro y no de guena luz esta noche pa la jurruzca.
Esa, esa es la planta y cuando hay guena agua losjocos alumbran mas.
La carbana alunisono saludaban al Marcelino quien era el responsable del manejo de la planta este con una fulgurante llamarada en la boca por sus dientes de oro que brillaban con el sol de las cuatro de la tarde les contesto su saludo y prosiguió contemplando el agua de la boca toma.
Las pisadas de las mulas en las empedradas calles contrastaban rítmicamente con elaltisonante repiquetear de las campanas anunciando el ejercicio a las letanías mayores en la celebración de las cuarenta horas de la iglesia de San Francisco como marco de la fiesta del sagrado corazón.
En el angosto zaguán de la casona solo cabían en hilera las bestias a las cuales previamente se les desmontaría en la puerta de la calle, su carga y sus aperos, avanzaban alegres al solar de la vivienda.Josefina más nerviosa ahora se preparaba junto con sus dos tías a visitar la modista para medirse el vestido, en el cual luciría en la madrugada del sábado cuando acude a su cita nupcial, mientras todas las parejas tratadas desde la vereda.
Ordena los aparejos traídos desde la vereda. En las tiendas de la esquina Don Eufrasio se esmera por atender los recién llegados a unos con chinchirretraídos de la mesa de los santos a otros con Bavaría para acompañar el trillado tema del casorio.
Avanza la tarde y entra la noche, se encuentran que faltaba algo primordial para iniciar la fiesta, serenata.
Hay preguntas, averiguaciones sobre quienes podrían cumplir con la cita musical, este matrimonio empezó a tener suerte, cuatro muchachos cargados con triples y guitarras van por la calle...