Ensayo

A LA DERIVA
Horacio Quiroga
Yo no quería morir así que descendí hasta la costa y subí a la canoa. Me senté en la popa y comencé a remar hasta el centro del rio Paraná. Allí la corriente del rio,en las inmediaciones del iguaza que corre a más de seis millas me llevarían antes de cinco horas a tacurú- pacú.
Me sentía con poca energía, pero pude llegar hasta el medio del rio; allí mis manosmis manos que ya se encontraban dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras vomitar sangre mire hacia el sol que ya transponía el monte.
Mi pierna entera hasta medio muslo era un bloque deformedurísimo que reventaba mi ropa. Así que corte la ligadura y abrí el pantalón con un cuchillo: mi vientre estaba hinchado con manchas lívidas era terriblemente doloroso. así que mi mente llegabanpensamientos de que jamás podría llegar solo a tacurú -pacú entonces decidí pedirle ayuda a mi amigo Alves ,a pesar de que ya bastante tiempo no nos veíamos por qué estábamos disgustados.
¡Alves!grite con toda mi fuerza volví a gritar ¡compadre Alves! ¡No me niegues este favor! Clame tantas veces pude pero no oí respuesta alguna, entonces levante la cabeza del suelo.
En e silencio de la selvano se escucho nada, pero me llene de valor para llegar a la canoa de nuevo y la corriente me llevo velozmente a la deriva.
Se veía el Paraná como una inmensa hoya donde las paredes de 1000 metrosencajonan fúnebremente al rio .desde las orillas bordeadas de negros bloques de asalto, asciende el bosque, negro también. Adelante a los costados detrás, una eterna muralla lúgubre, en donde el fondodel rio arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje era agresivo y reinaba en el un silencio de muerte. Pero al atardecer su sombría belleza cobra una majestadúnica.
El sol ya había caído, y yo me encontraba semitendido en el fondo de la canoa y de repente tuve un violento escalofrió, al momento enderece la cabeza con esfuerzo, ya me sentía mucho mejor la...