ENSAYO

Nicolás Parducci
nparducc@electrocom.info
Miércoles, 5 de noviembre, 2014
¿Adiós a los libros?
Al tener que regresar, desde Salinas, libros de cuentos y novelas, conservados desde mi niñez yadolescencia, que había llevado con la ilusa pretensión de hojearlos algún día, y mientras pienso dónde ubicarlos, me he planteado la posibilidad de deshacerme de ellos y de otros más, incluso de Derechoy de Derecho Administrativo particularmente porque, como van las cosas en este querido Ecuador, parece que estos últimos no solamente están obsoletos sino que ciertos conceptos allí expuestos habríanresultado errados, a pesar del reconocimiento internacional de sus autores.
La afición, el gusto por saber leer, entender y aprender generalmente se inculcan en casa, aunque a veces surgeespontáneamente, por curiosidad o admiración, convirtiéndose la lectura en un hábito, que en algunas personas termina siendo verdadera pasión.
Mi relación con la lectura fue temprana. En revistas como El Penecaconsta mi nombre familiar, escrito por mi mamá, en fechas anteriores a mi ingreso a la escuela, por lo que ya era propietario de ellas, sin saber leer todavía.
Durante mi niñez y adolescencia fuiprovisto de cuentos y luego de novelas de aventuras, policiacas y románticas, que me enseñaron mucho.
Luego llegaron las obras de Derecho, al ingresar a estudiar Jurisprudencia, y cuando fui profesorde Literatura Española, en el colegio San José La Salle, aumentaron considerablemente las de teatro, novelas, cuentos y fábulas, incluso para ponerlas a disposición de mis alumnos.
Igual pasó con lasde Derecho Administrativo, cuando tuve el privilegio de ser profesor de esa materia, en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, y tantas más para un ejercicio adecuado de mi profesión deabogado. Ellas también sirvieron para ayudar en la investigación de quienes confiaron en mi orientación para escribir sus tesis doctorales.
Por supuesto, al casarme, los libros de Alicia se sumaron a...