Escobar


La BBC estrena el lunes de la semana que viene un documental sobre un programa de entrevistas a condenados a muerte que se ha convertido en todo un éxito en la televisión china, con una audiencia que ronda los 40 millones de personas cada sábado.

Titulado Entrevistas antes de la ejecución, el programa ofrece cada sábado una entrevista en profundidad de la presentadora DingYu, que se haconvertido en una cara muy popular en China, a un condenado a muerte semanas, días e incluso minutos antes de que reciba la pena capital.

El programa, emitido por una televisión controlada por el Estado en la provincia de Henan, es usado por las autoridades chinas con una manera de advertencia, para disuadir a los espectadores de cometer los mismo crímenes, del mismo modo que en la antigüedad sepaseaba a los prisioneros por las calles antes de ejecutarlos, según describe la publicidad de la BBC.

El documental de la BBC se fija especialmente en DingYu, la popular presentadora del programa que se presenta a sí misma en la cinta como algo más que una reportera, y ha asumido en el pasado el papel de intermediaria entre los condenados a muerte y sus familias, logrando que puedancomunicarse.

Casi la mitad de los entrevistados por DingYu son mujeres y todos han cometido crímines violentos, pasionales o relacionados con el dinero. El documental de la BBC también se acerca al tratamiento que en el programa se hace de otros temas, como la homosexualidad, un gran tabú en China.

El documental, dirigido por Robin Newell, combina fragmentos del programa de televisión, con imágenesde archivo nunca antes vistas de condenados a muerte y una entrevista con un juez chino que cuestiona abiertamente el futuro de la pena de muerte en China.

La emisión del documental en la BBC coincidirá con la celebración en Pekín del Congreso Nacional Popular (CNP), el máximo órgano legislativo de China, que ha dado comienzo este lunes, y reúne durante diez días a más de 3.000 delegados detodo el país.

Dicen los siquiatras que la fascinación por el horror, el anhelo por conocer los más escabrosos detalles de cualquier suceso forman parte de la condición humana, que todos albergamos en nuestro ser más profundo la pasión por lo oscuro, por lo tenebroso, por lo negativo, por todo aquello que quebranta la ley. Y hasta incluso defienden una cierta dosis de contenidos morbosos. Latrasgresión contemplada desde el sofá de casa se ha revelado para los grandes cerebros televisivos como un auténtico filón.
Porque ese espectador es ante todo un cliente y si el cliente compra el programa sigue y sigue aunque les caigan “chuzos de punta” a quienes lo han parido, lo dirigen o lo presentan. Ya escampará.
Así pues el ranking del basurómetro está siempre muy disputado. Cuanto mássórdido o más humillante, cuanto más vergonzoso o más decadente, más audiencia.
El deterioro físico engancha, si además eres un despojo humano y necesitas unos miles de euros te buscarán. Ahí están para la labor las escuelas de rapiña aleccionando a nuevos profesionales de la caza y captura de los restos de serie.
Pero lo de esa televisión pública china – una de las 3.000 en todo el país- no essolamente morbo es un terrible síntoma de atracción enfermiza por el mal de los otros: 40 millones de espectadores, el 50% de la audiencia de la región donde se emitía, ha acudido puntual durante cinco años a la cita de los sábados con el aberrante reality “entrevistas antes de la ejecución”. El programa arrasaba. El escándalo internacional tras un reportaje de la BBC sobre el obsceno espectáculo haobligado a las autoridades a retirarlo.
Ding Yu, presentadora estrella no sentía pena por sus invitados porque ”en definitiva son malas personas que merecen morir y su testimonio puede disuadir a otros”.
En China la mayoría de la población está a favor de la pena de muerte. Una condena que hasta hace unos meses se aplicaba  a delitos como robar un fósil, defraudar al fisco o no pagar el IVA,...