Escritura Literaria

LA HISTORIA DE LOS MUCHOS DIECES Y DEL LOBO BLANCO Y NEGRO
El mundo parecía derrumbarse, la tarea, los deberes de la casa y los regaños constantes parecían ser todo lo que abarcaba mi monotonía, amanecía y anochecía todo me parecía tan rutinario.
Haciendo un profundo análisis, o quizá uno muy superficial, mi día empezaba a las seis y diez, en una casa con un solo baño y tanto padres como hijoscon actividades planeadas para cuando sale el sol, ser el primero en levantarse es una gran ventaja, la ducha no era tibia, hacia tiempo que no reparaban el calentador, y bueno por las ocupaciones triviales que abarcaban la vida de cada quien, en la familia nadie se había animado a arreglar el calentador de agua, después de una ducha de no más de diez minutos me secaba y peinaba mi cabello, estoera un problema, pues nunca tuve un cabello ¿lindo?, la enmarañada bola de pelos que adornaba mi cabeza se enredaba bastante con las aguas matinales, aun así siempre me las arregle para estar en mi habitación, ponerme el uniforme que herméticamente planeado quitaba la identidad a las personas era lo más sencillo, mi maniática rutina terminaba a las seis cincuenta, lo curioso y realmentesorprendente del caso, no era la precisión de mis medidas horarias , era la precisión de mi cuerpo que realizaba todo esto sin la ayuda de un cronometro.
En el primer año de clases matutinas, programe la alarma del celular a las seis y media, temiendo quedarme dormida, y atrapada en la realidad de una de mis tantas pesadillas, en las que un atraso al colegio era sentencia de muerte, no por mis padresclaro, pero si por la temida institución de mis horrores.
Pero desde el incio de este nuevo año escolar, me levanto por voluntad propia a las seis y diez, no se como pero a esa hora abro mis ojos, y salgo de la cama, me di cuenta de este curioso dato, aproximadamente un mes atrás, al responder una de mis interrogantes, y día tras día un viejo reloj anunciaba las seis y diez.
Luego de cambiarme ydesayunar, me cepillaba los dientes, y de forma disimulaba untaba un poco de betún en mis zapatos, para disimular una engañosa pulcritud, la despida de la casa era muy ceremoniosa, recibía la bendición tanto de padre como de madre, y finalmente me iba a realizar una de mis múltiples pesadillas.
El colegio no estaba cerca de mi casa, y jamás lo estaría a pocos metros estaba un colegio del barrio,nunca asistí a él, pero frente a el tomaba el autobús para mi colegio, tres metros de mi casa a la parada del autobús, y siete kilómetros más hasta llegar a la puerta del colegio, no tengo nada que decir sobre las clases que siempre me parecieron de rutina, con maestros robots o sumamente a doctrinados y sin mente propia.
Durante la tarde, me dedicaba al ocio, televisión internet y videos, laescuela se había facilitado tanto para mí que, sabía que aun empezando a las ocho terminaría a las diez, y no es que hubiese elegido las materias denominadas “sencillas”, calculo I y II física y química y todas las demás que venían opcionales en la currícula escolar, abarque todas y cada una de ellas, porque la verdad siempre sentí, que no tenía nada mejor que hacer.
Me he alejado del tema, queriendoempapar un poco de mi vida cotidiana he terminado por inundarlos de estupideces que es muy probable hayan evitado saber, pero pienso que es indispensable decirlos un poquito de lo que me sucedía antes de contarles lo que me sucedió.
No recuerdo los pormenores de ese día, posiblemente porque no era parte de mi rutina fríamente memorizada, solo recuerdo, que después de una extensa mañana de domingoel almuerzo familiar, solo sumo algo del jolgorio familiar que tanto trato de evitar, me retire rápidamente del comedor, nunca he dado una explicación a mis acciones, ni a mi familia ni a mis amigos, la explicación solo va para mí.
Camine un poco para alejarme de la pequeña casa, y me dirigí a las ruinas de Roma, que es como suelo llamar a las obras en construcción, mi casa estaba siendo...