esfera

Amores Inexactos.
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“Tiré con Piero en el viaje” Dijo Sofía, y la voz le tembló ligeramente mientras que lo hacía, era el final perfecto para una noche como aquella.
Era el cumpleaños de una amiga, su fiesta de 15, y todos en el colegio estábamos invitados, yo no esperaba ir, estaba castigado pero mi mamá por algún motivo decidió levantarme el castigo aquella noche. Me puse mi terno y me fuia tomar al parque con unos amigos que también estaban invitados a la fiesta, me divertí en el parque, había ron y la conversación mantenía un buen ritmo.
Estuvimos allí más o menos una hora, hasta que aparecieron unos chicos de aspecto patibulario (aunque muy guapos) que yo no conocía pero mis amigos sí y habían tenido problemas con ellos antes, así que apelando a la razón y a la prudenciadecidimos marchar hacia la fiesta.
La ceremonia resultó interesante, peculiar y ridículamente pomposa como todas las ceremonias de fiestas de ese tipo: Salto la quinceañera de un convertible plateado, se abrió el capó y apareció vestida de blanco, fea como siempre, fea como un puñete, fea como ninguna otra, pero feliz. El momento del vals de tradición con su padre resultó cómico “mi niña bonita” fuela canción elegida para esa memorable ocasión, luego la fiesta tomo una dimensión espeluznante cuando proyectaron una serie de fotos (demasiados primeros planos diría yo) de la quinceañera.
Conforme pasaba el tiempo la fiesta me parecía más aburrida, todos se dedicaban a bailar y yo no bailo, no me gusta hacerlo y tampoco sé cómo. No había trago y yo, la verdad, fui solamente porque me habíanhecho la falsa promesa de que la fiesta iba a tener barra libre. Sofía se detenía a conversar de rato en rato conmigo, pero siempre alguien se la llevaba a bailar y yo me quedaba solo, nuevamente, sintiendo cada vez con más fuerza que estaba en un lugar en el que no debía estar.
“¿Vamos a chupar a algún lado?” se me acercó Fabio con su enamorada y una chica más “¡vamos!” le dije “Pero espérame untoque. Voy a mear y vamos”
Entré al tocador para lavarme la cara y a la salida me encontré con Sofía parada en la puerta del baño de mujeres. Su vestido rojo, el maquillaje excesivo y los tacos altos le daban un aspecto puteril, pero, eso sí, se veía muy atractiva.
¿Qué pasa? Te noto rara.

Estaba viendo el piso y se la notaba angustiada, intranquila.
Si supieras.

Dijo y sonriópicaramente.
Cuéntame.
Quisiera pero me da roche, en serio me da demasiada vergüenza contarte.

Yo chismoso profesional, insistí.
¿Y? Yo soy una vergüenza para la humanidad, cuéntame nomás, no te hagas la estrecha.
Está bien pero sólo porque te tengo confianza - me abrazó y me susurro al oído - Tiré con Piero en el viaje
¿En serio?

Ahí estaba yo tratando, una vez más, de esquivar la realidadcada vez que me resulta desagradable, incómoda.
Sí, tres veces - su respuesta fue contundente, tenía que ser cierto - ¿está mal, no?

No respondí, no tendría por qué estar mal, no estaba mal, pero yo no quería darle mi bendición afirmando que estaba bien, no podía creer lo celoso que estaba.
Me siento culpable, me remuerde la conciencia.
¿Por qué? –dije luego de un segundo - ¿no querías?Sí, sí quería
¿Entonces?
No entendía por qué se sentía mal, Sofía no parecía alguien que se haga problemas por algo como eso.
¿Tú no te sentirias mal?
No. – mi celular vibrava, era Fabio apurándome. – vamos a ir a otro lado a tomar, ¿no quieres venir?
No. Prefiero quedarme aquí, pero no te vayas, vamos a bailar ¿Sí? Quédate conmigo porfa.
Me aburro aquí, perdón, ya me tengo que ir.

Cuandosalí del baño Fabio y los demás ya se habían ido, parece que se cansaron de esperarme. De todas formas preferí salir del local donde se realizaba la fiesta, tomé un taxi y me fui a mi casa.
Llegando a mí casa me dio un ataque de pánico, me sentía indigno de recibir la confianza que Sofía había depositado en mí pues sé que, tarde o temprano, la voy a traicionar. Sé que por mucho que luche...