Estructuras clinicas y psicoanalisis Joel Dor Capitulos 5 y 7

Psicopatología de la adultez

Estructuras clínicas y psicoanálisis, Joël Dor
Capítulo 5 – El punto de anclaje de las perversiones
En este Joël Dor explica que la identificación fálica inaugural es puesta en duda por la intrusión de un padre imaginario que el niño fantasmatiza como objeto fálico rival suyo ante la madre. Así, el niño empieza a entender que el padre aparece como un competidorfálico ante la madre, como único y exclusivo objeto de su goce. Entiende también que el objeto del deseo materno no es exclusivamente dependiente de su propia persona, y que puede ser diferente del deseo que ella tiene por él. Además, su madre aparece ahora como una madre con falta, que es colmada por el falo, único objeto de su deseo, e identificado por el niño (u otra persona rival). La rivalidadtraduce entonces un rasgo estructural estereotipado de la perversión, el desafío, relacionado irremediablemente a la transgresión.
El niño trata entonces de entender tras la figura paterna un nuevo goce y universo de goce materno prohibido, del que está excluido. A través de un presentimiento, trata de asimilar un saber nuevo sobre el deseo del Otro, y le permite adivinar un orden irreductible de lacastración, del que paradójicamente no quiere saber nada. Se entiende entonces una vacilación en cuanto al problema de su identificación fálica. La angustia de castración induce así una nueva vectorización del deseo del niño impuesta por la incursión paterna. En esta situación edípica, el niño se va a encontrar en una estasis del deseo y de sus apuestas, de los cuales resultará una incidenciadecisiva. En efecto, la perversión se juega en este momento crucial: la economía del deseo se actualiza, así como la dinamización hacia la asunción de la castración. El perverso es entonces él que nunca asume plenamente la castración como parte activa de la economía de su deseo. El perverso se encierra precozmente en la representación de una falta no simbolizable que lo aliena en una dimensión decontestación psíquica inagotable, ejercitada mediante la renegación o incluso la repudiación, en lo que atañe a la castración de la madre.
En otros términos, la entrada del padre como rival induce el entendimiento por el niño de la castración, y así de la diferencia de sexos, que lo lleva a integrar el concepto de nuevo deseo en el Otro. Eso conducirá el niño a abandonar el registro del ser enbeneficio del registro del tener. El perverso es entonces él que no llega a entender e integrar la castración, y el desarrollo que sigue. El padre, por ser el detentor de lo que la madre desea, representa el padre simbólico, tanto como la Ley para el niño, es decir encarna la prohibición del incesto.
El autor concluye diciendo que el perverso en realidad considera la diferencia de sexos, pero recusasus implicaciones, la principal siendo que esta diferencia sea la causa significante del deseo. No considera la castración, y renega la Ley del padre (o derecho al deseo) que incluye el deseo del Otro como única ley mediadora del deseo. Se crea su propia ley del deseo que considera únicamente su deseo a él. Así, las dos únicas salidas del deseo perverso son el desafío de la Ley del padre, y latransgresión. Y en cuanto más desafía y transgrede la Ley, tanto más experimenta la necesidad de asegurarse de que realmente esta se origina en la diferencia de sexos y en relación con la prohibición del incesto. Con respecto a éste último punto, comenta finalmente que existen ciertas confusiones diagnósticas en la histeria y la neurosis obsesiva.
Capítulo 7 – El perverso y la Ley del padre
En estecapítulo, el autor nota que en la histeria y en la neurosis obsesiva el desafío se centra en la posesión imaginaria del objeto fálico, es decir que se sitúa en la alternativa de tenerlo o no tenerlo. En cambio que en la perversión, se tiene que insistir sobre el carácter imperativo según el cual el perverso rechaza la Ley del padre, que se puede traducir en realidad como la ley del deseo del...