Etica profesional del derecho
EL
ABOGADO
Carlo Majno, que es hoy uno de los mejores abogados en Milán y que fue, en aquella Universidad, uno de mis discípulos más queridos, me donó, precisamente el día en que yo abandonaba la cátedra de Milán por la de Roma, un bellísimo dibujo alápiz del pintor Mentessi, que representa las manos de un preso, sujetas por
las esposas. Mentessi no tenía ciertamente una experien-cia particular del problema penal; sin embargo, aquel dibujo demuestra lo clarividentes que son las intuiciones de un artista: una de las manos, la izquierda, cae hacia abajo, inerte, en acto de desaliento; la otra, sobrepuesta, vuelve la palma en alto, como la del pobre, que demanda la caridad. Está toda la psicología del preso en aquel pequeño cuadro. La fortuna mía ha sido que yo haya vistotantas veces, en el curso de la vida, tenderse hacia mí aquella mano abierta, en espera de la limosna. La gente se figura ,al aboga4o cor¡p u! !4niqo, al cu de realizar_pqryí; -qle quien la solicit sllo figura en el mis ; también esto es verdad, pero no es toda la verdad; el resto de ella se descubre, sobre todo, por la experiencia del preso. El preso e¡. esencialmente un necesitado. La escala detoT discurso de Cristo, al cual he tenido ya ocasión de hacer alusión, referido en el capítulo vigésimoquinto de San Mateo: hambrientos, sedientos, desnudos, vagabundos, enfer-
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PEI{A] LAS MTSERIAS DEL PROCESú
ia esenciai neee-
EL
ABoGADO
2T
de nos) presos; una escala que conduce a Ia necesidad esencialsrdad fisíea *, *"1o',.unimal' a'limento
gaeía.
alianza. El conceptode ia alianza es ia raíz de la abo_
Eliqp.-utados.iente-i_e_u-_eilaa¡49¡_sió¡{e¡nu.chagente
t..i. .tpl.itual: :ü ;;;;;i,
de ei preso no tiene necesi'dad rnedituuu nl de medieinas;Ja r¿nica ni de vestidos, ni de ni siquielr lu u^i'tud" Lu gtntt nc sabe' v
gqt-t*,qi{t4,1lqt^qf." ra 1o saben tos juristas' 41111o ott* de ü.4ml91ad aiítes que cualquiera 1"-11^ .r f" f*át." '--t=:Éi;"*ui.uni:Y
miun.á otl abogado suena co-ñIo á socorrer' ,J. áitáu. Advocatus,.ygcat .t1s ad,;ltamádapéió si soiaá socÓiieYl También el médieo tu ftr;;¿o ¿u este nombre' quiere deeir
mente al abogado
o."le errtre la
del pr.uta'ión ¿Lt m¿¿ico y la prestación por :;:;;;.;;.,'",ln* diferencia, la cuai, no adverticla [a :i:3iffi,;t"ti" *tüuteo' descubierta porcr¡aier.'luisita pi9!: Áiogu¿o es .agu9tai :t intuición del ienguaje' la avuda' que ;;-i;;i;;; ;¿,*i"no iu fo¡m-a eseneial de es,'ProPiamente, la amistad' que sirve para Y también ia otra palabra' cliente'
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*contra el; alguna vez, en las causas más graoás. Ie párece que contra él está todo el mundo" N_o, gs-¡¿¡q,_qqg, mien_ tras lo trasiadan a ia auciienciu, r'.u uóogiálpor la rnulti,t-q{-c o n u 1- 9 o_r o_ $ e i mp r e c a ci o n e I ; n o e J r a r o q üé?ipt o i eA eontra éi actos ?elloGn¿iá;-toñrra los que no resulta fá.cil protegerlo. ¿Os imaginais el estado de ánimo de Catalina Fort que, cuando se presentó ante los jueces, todos la liamaban ia fiera? Es necesario no solo pensar
¿.no*ir*, a aquei que solicita la ayuda' rornana' pedía *i.tot.i"trán' "l tilánit' en la sociedad ab.ogado se le ilama protección uLpat'aÁo; tarnbién ai -;"i;át", ia 'dérivacián de patronq'dq J4-p4!ab¡4 p4rer
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la !u4 del qmor' a pe'dir y Lo que atc'rmenta ut ttit"tt lo.lmpulsa t"-l:' ft'? uluái".Jil-r.aitt"J' va las óáusas civiles' de e&emlstodo las eausas penales' son fenómenoso',al 3e1t¡, táá. i^ enernisrad oeasiona ry-i*.Ii*¡:.qtc tanto mas ¿a¡; ;¿*o eierics'malél'--1ol-cubles' vto-u1...ra relaeión
en estos casos sino tratar de meterse en el pellejo de estos desgraciados para comprender su espantosa soledad y, con esta, su necesidad de compañía. Compañeros, de cum pane. es aquel que parte con nosotros el pan. El cornpañero se sitúa en el mismo plano de aquel a quieil hace compañía. La necesidad del cliente, espeeiaknente dei imputado, es esta: la de uno que se coloque junto...
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