etica
CAPITULO IV
GESTIÓN DE UNA FIRMA DE AUDITORIA
CONCEPTOS BÁSICOS
CONCEPTO DE GESTION
Todo profesional dedicado a la auditoría sabe, que con independencia del informe
final que emita, su actividad se basa en la prestación de un servicio al cliente consistente en aportar horas al cumplimiento del contrato o servicio solicitado. Es por ello que, como
se tendrá ocasión de comentar a lo largo de este capítulo, la gestión de una firma o de un
auditor individual estará centrada en el control de los tiempos incurridos en la realización
de los trabajos.
El factor determinante en una empresa de servicios profesionales es el tiempo,
medido normalmente en horas. Este y no otro es el factor clave de producción y por
tanto el elemento básico de medición de sus costes y rentabilidades.
Esta consideración es con frecuencia olvidada. Los profesionales se esfuerzan
desesperadamente en trabajar largas jornadas en tareas muchas veces rutinarias, sin
ningún tipo de control ni conocimiento exacto de la rentabilidad de las horas invertidas.
La omisión de este concepto en la aceptación de muchos trabajos de auditoría va a
dificultar su supervivencia al prevalecer en ellas el principio de facturación en lugar del de
rentabilidad.
Tanto en los foros universitarios como en los cursos de reciclaje impartidos por las
corporaciones profesionales, se abordan temas relacionados con las técnicas de auditoría, controles de calidad, métodos de evaluación de riesgos, pero en muy pocas
ocasiones se explica lo más importante que no es otro que el enfoque de negocio.
Uno de los economistas que más ha hecho por la auditoría en España, socio
director de una de las mayores firmas, comentaba en cierta ocasión lo difícil que era el
encontrar buenos empresarios entre los auditores, abundando por el contrario
profesionales que contemplan los toros desde la barrera. Critican las actuaciones de los
empresarios que les contratan. Conocen y valoran las técnicas de gestión empresariales
pero son incapaces, a veces, de tomar decisiones de gestión en sus propios despachos. Es
más, desconocen en muchos casos la rentabilidad de sus empresas y, como
consecuencia, no adoptan decisiones adecuadas de crecimiento o modernización para
adecuarse a las condiciones cambiantes del mercado.
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La gestión de una firma de auditoría conlleva una serie de aspectos que son
exclusivos de esta actividad, y que se irán abordando a lo largo de los siguientes capítulos. Sean cuales fueran éstos, lo que hay que tener muy claro es el carácter empresarial que
han de asumir los responsables de las firmas de auditoría ya se trate de sociedades o
despachos individuales. La idea de negocio ha de estar siempre presente, ya que si esto
no se asume con la suficiente firmeza, la viabilidad de la empresa puede ser más que
dudosa.
De nada sirven los más sofisticados sistemas de ejecución de la auditoría, ni los
más eficaces métodos de control de calidad, ni la ética ejercida por los profe‐
sionales auditores, si la empresa no genera los suficientes fondos para garan‐
tizar su continuidad.
Si lo anterior es cierto, también lo es el hecho de que en esta actividad se dan
situaciones en las cuales la idea de negocio ha de ser matizada, al igual que en otras
actividades, por consideraciones de ética profesional, que en el caso de los auditores
tiene una especial importancia debido a la trascendencia social de su labor. El rechazo de
clientes con negocios turbios, el rigor y sentido de la responsabilidad profesional ...
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