Exposición de motivos de ley de enjuiciamiento criminal, alonso martínez

Comentario de Exposición de motivos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 14 de septiembre de 1882

Manuel Alonso Martínez, jurista y politólogo español escribe la Exposición de Motivos de esta Ley, todavía vigente, en calidad de Ministro de Gracia y Justicia de la época. Es una exposición brillante, en la que plasma los pilares en los que se sujetan los principios procesales españoles queaún hoy se mantienen; sobretodo el trato, las armas y la defensa del procesado como valores inviolables del sistema. La Exposición está dirigida al Rey Alfonso XII, explicándole el porqué de las decisiones, como debía de ser costumbre en la época. Para comentar el texto primero se realizará un pequeño resumen para después pasar a su análisis.
Alonso Martínez comienza su exposición nombrandolos que, en su opinión, eran los grandes problemas de los que se aquejaba nuestro país en el aspecto del proceso penal. Si bien probablemente de manera un tanto exagerada, Alonso Martínez nos describe un sistema ruin y nada garantista para el procesado. Entre los problemas principales señala en primer lugar la tardanza, cuestión que intentaría resolver la ley, aunque de manera infructuosa al seréste también uno de los problemas actuales. Pero el problema más grave era la poca consideración del imputado en el proceso, y unos mecanismos que provocaban que los jueces no observaran las garantías de este, provocando “que al compás que adelanta el sumario se va fabricando una verdad de artificio que más tarde se convierte en verdad legal, pero que es contraria a la realidad de los hechos y sublevala conciencia del procesado, que entra en el palenque ya vencido o por lo menos desarmado”. Los mecanismos que provocan este funcionamiento ruinoso y miserable del sistema son, sobretodo, la no intervención del inculpado en el sumario, que el juez que instruye es el mismo que pronuncia la sentencia, con todas las preocupaciones y prejuicios que han ido naciendo en él, y la escasa importancia alas pruebas del plenario que son una mera formalidad, quedando pues el imputado sin una defensa razonable. Otro problema es la absolución de la instancia, que era la absolución del ciudadano hasta que se le volviese algún día a enjuiciar, o no, quedando como “verdadero siervo de la curia marcado con el estigma del deshonor”.
Contra estos problemas del sistema procesal, Alonso Martínez idea unaestructura para solucionarlos, inspirada en los sistemas europeos más avanzados. Así, se establece la sustitución de los dos grados de jurisdicción por la instancia única, la oralidad y publicidad del proceso (en realidad esto ya estaba desde 1872, pero la instrucción era secreta). También se prohíbe la absolución de la instancia, pasando a un sistema de cosa juzgada en el que el ciudadano novolverá a quedar en el filo de la navaja y será condenado o absuelto de manera definitiva. Además se establece el sistema acusatorio, que requiere que se comuniquen al imputado los autos que se abran por el juez de instrucción, y que sea una persona distinta de éste (el acusador particular o el Ministerio Fiscal) los que acusen al procesado para iniciar de esta forma el proceso. Otra de las novedadeses el valor de las pruebas del plenario. De esta forma, lo que se recopile en el sumario no será si no una preparación del juicio, y no probarán nada hasta que no sean expuestas en el plenario. Por otro lado, se da al Ministerio Fiscal capacidad para acusar junto al acusador particular.

Estos son hoy en día los pilares de nuestro sistema procesal penal. La exposición de Alonso Martínez esbrillante en su dialéctica y en su contenido. Es un sistema liberal que protege al individuo de los excesos del Estado en su función de represión de los crímenes y criminales. La base del sistema queda muy bien resumida en la frase “Sagrada es, sin duda, la causa de la sociedad; pero no lo son menos los derechos individuales”, y sólo en un sistema que proteja adecuadamente los derechos individuales...