Fe Y Sociedad
Páginas: 23 (5520 palabras)
Publicado: 5 de noviembre de 2012
FE Y SOCIEDAD
1. Introducción
El 11 de octubre de 2011, el Santo Padre Benedicto XVI ha convocado a toda la Iglesia a celebrar un Año de la Fe. El Papa anhela que esta celebración sea una ocasión propicia «para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe» [1]. De una fe que nunca puede ser un hecho meramente privado[2]; de una fe quese manifieste viva con el testimonio de la caridad[3]. El presente subsidio quiere ser una propuesta que, en nuestras parroquias y comunidades, nos ayude a reflexionar acerca de la importante y vital dimensión social de la fe cristiana.
Es así que este Año de la Fe se presenta como una llamada particularmente urgente a las conciencias de los cristianos que vivimos en México, donde la realidadnos demuestra que no hemos sido capaces de dar una proyección social a nuestra fe.
Según los datos del último censo de población y vivienda realizado en México, la mayoría de quienes habitamos este país profesamos «la fe cristiana y es muy alto el porcentaje de quienes lo hacen en comunión con la Iglesia católica: 83.9 % (En el Estado de Jalisco, el porcentaje se eleva a un 92%). No obstante, hayque reconocer que en los últimos veinte años ha habido una disminución del catolicismo frente a un paulatino crecimiento de otras denominaciones religiosas y de la increencia»[4].
Aún cuando el número de quienes se profesan católicos ha ido disminuyendo, hay quienes todavía mirando sólo los datos cuantitativos pueden experimentar cierta “tranquilidad”. Sin embargo si con plena conciencia denuestro compromiso bautismal fijamos también la atención en el dato cualitativo, no puede haber católico auténtico alguno que siga despreocupado, pues resulta paradójico que en un país donde la mayoría nos profesamos cristianos exista tanta pobreza, tanta marginación, tanta corrupción, tan altos niveles de violencia y criminalidad… La mayoría de los mexicanos no negamos con palabras nuestra fe, perolos hechos nos indican que éste nuestro México “siempre fiel”, ya no lo es tanto, sino que estamos viviendo una «profunda crisis de fe que afecta a muchas personas»[5].
No es arriesgado ni gratuito afirmar que para la mayoría de los católicos en México la fe carece de proyección social, es algo personal, privado, que poco o nada tiene que ver con los demás ámbitos de la vida, con lasactividades que van tejiendo nuestra historia en la cotidianidad. El Evangelio no ha incidido, o ha incidido muy poco, en las estructuras sociales de nuestra sociedad mexicana.
2. Ver
Algunos rasgos de nuestra realidad que nos cuestionan
Recientemente un autor escribía que «los mexicanos somos un compendio de dualidades esquizofrénicas. Se trata de un defecto que en buena medida compartimos con losdemás latinoamericanos: un viajero francés del siglo XIX escribió que en ninguna parte del mundo había escuchado hablar de la ley con tanta reverencia como en nuestra América, donde la ley se viola cotidiana y sistemáticamente»[6]. Los resultados de una encuesta sobre valores en México, realizada el año pasado revelan también «la coexistencia de nociones contradictorias en el actuar de losmexicanos, tales como saber que es malo meterse en la fila, pero al mismo tiempo pensar que es de tontos cumplir con la ley cuando en su entorno no se cumple»[7].
Por otra parte, hoy parece que la forma habitual de vivir de nuestras sociedades, principalmente urbanas, está caracterizada por no mantener un rumbo determinado. Es un estilo de «vida líquida»[8], es decir, una vida que no mantiene muchotiempo la misma forma. Simplificando un poco podríamos decir que somos una «sociedad líquida» formada por hombres y mujeres «light» que algunos estudiosos[9] definen con cuatro características: hedonistas, que entronizan el placer; consumistas que para sentirse seguros buscan acumular bienes, guiados por el criterio del tener sobre el del ser; permisivos, para quienes todo vale, nada está...
1. Introducción
El 11 de octubre de 2011, el Santo Padre Benedicto XVI ha convocado a toda la Iglesia a celebrar un Año de la Fe. El Papa anhela que esta celebración sea una ocasión propicia «para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe» [1]. De una fe que nunca puede ser un hecho meramente privado[2]; de una fe quese manifieste viva con el testimonio de la caridad[3]. El presente subsidio quiere ser una propuesta que, en nuestras parroquias y comunidades, nos ayude a reflexionar acerca de la importante y vital dimensión social de la fe cristiana.
Es así que este Año de la Fe se presenta como una llamada particularmente urgente a las conciencias de los cristianos que vivimos en México, donde la realidadnos demuestra que no hemos sido capaces de dar una proyección social a nuestra fe.
Según los datos del último censo de población y vivienda realizado en México, la mayoría de quienes habitamos este país profesamos «la fe cristiana y es muy alto el porcentaje de quienes lo hacen en comunión con la Iglesia católica: 83.9 % (En el Estado de Jalisco, el porcentaje se eleva a un 92%). No obstante, hayque reconocer que en los últimos veinte años ha habido una disminución del catolicismo frente a un paulatino crecimiento de otras denominaciones religiosas y de la increencia»[4].
Aún cuando el número de quienes se profesan católicos ha ido disminuyendo, hay quienes todavía mirando sólo los datos cuantitativos pueden experimentar cierta “tranquilidad”. Sin embargo si con plena conciencia denuestro compromiso bautismal fijamos también la atención en el dato cualitativo, no puede haber católico auténtico alguno que siga despreocupado, pues resulta paradójico que en un país donde la mayoría nos profesamos cristianos exista tanta pobreza, tanta marginación, tanta corrupción, tan altos niveles de violencia y criminalidad… La mayoría de los mexicanos no negamos con palabras nuestra fe, perolos hechos nos indican que éste nuestro México “siempre fiel”, ya no lo es tanto, sino que estamos viviendo una «profunda crisis de fe que afecta a muchas personas»[5].
No es arriesgado ni gratuito afirmar que para la mayoría de los católicos en México la fe carece de proyección social, es algo personal, privado, que poco o nada tiene que ver con los demás ámbitos de la vida, con lasactividades que van tejiendo nuestra historia en la cotidianidad. El Evangelio no ha incidido, o ha incidido muy poco, en las estructuras sociales de nuestra sociedad mexicana.
2. Ver
Algunos rasgos de nuestra realidad que nos cuestionan
Recientemente un autor escribía que «los mexicanos somos un compendio de dualidades esquizofrénicas. Se trata de un defecto que en buena medida compartimos con losdemás latinoamericanos: un viajero francés del siglo XIX escribió que en ninguna parte del mundo había escuchado hablar de la ley con tanta reverencia como en nuestra América, donde la ley se viola cotidiana y sistemáticamente»[6]. Los resultados de una encuesta sobre valores en México, realizada el año pasado revelan también «la coexistencia de nociones contradictorias en el actuar de losmexicanos, tales como saber que es malo meterse en la fila, pero al mismo tiempo pensar que es de tontos cumplir con la ley cuando en su entorno no se cumple»[7].
Por otra parte, hoy parece que la forma habitual de vivir de nuestras sociedades, principalmente urbanas, está caracterizada por no mantener un rumbo determinado. Es un estilo de «vida líquida»[8], es decir, una vida que no mantiene muchotiempo la misma forma. Simplificando un poco podríamos decir que somos una «sociedad líquida» formada por hombres y mujeres «light» que algunos estudiosos[9] definen con cuatro características: hedonistas, que entronizan el placer; consumistas que para sentirse seguros buscan acumular bienes, guiados por el criterio del tener sobre el del ser; permisivos, para quienes todo vale, nada está...
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