ferdy brown
blablablablablabla El caso de la actriz
CAPÍTULO UNO
REPORTAJE EN PUERTO RICO
Lapuerta del restaurante se abrió para dar paso a la corpulenta figura de un hombre. Su silueta se recortó algunos segundos en el amarillo intenso que reinaba en el exterior, y cuando el sonido de suszapatos contra el suelo de madera interrumpió el murmullo de los comensales, todos se dieron vuelta para verlo. Vestía una guayabera blanca de lino, y ensombrecía parte de su rostro con un sombrero deala ancha. Avanzó muy despacio entre las mesas de manteles cuadriculados blanco y rojo, y tardó más de lo necesario en llegar junto al mesón donde un hombre de amplios y frondosos bigotes contabaalgunas billetes.
-Ando buscando a esta mujer –fue lo que dijo a modo de saludo y extendió una foto ajada y sucia.
El hombre de bigotes consultó el retrato. Era una joven de no más de veinticincoaños, vestida con una blusa de encajes y de pie junto a un pedestal que sostenía un enorme jarrón con flores. El blanco y negro no dejaba adivinar el color exacto de los cabellos, pero coquetos rizos seescapaban bajo el sombrero y caían como resortes junto al lazo del cuello.
-Es muy hermosa –fue la respuesta del cajero.
-No necesito comentarios –cortó
agrio el visitante-. ¿La ha visto o no…?Uno de los meseros, que en esos momentos retiraba un par de vasos, levantó la vista y encontró los dos ojos de su patrón fijos en él. Quedó inmóvil algunos segundos y, disimulando un ciertonerviosismo de sus manos, depositó los vasos en la bandeja y siguió con su trabajo.
-No, no la he visto nunca –sentenció el cajero de bigotes y volvió a sus billetes-. Usted sabe, mucha gente entra ysale de este lugar.
El recién llegado guardó la foto en uno de los bolsillos de su pantalón y suspiró. Entonces el mesero, un joven que peinaba sus cabellos rigurosamente hacia atrás y vestía una...
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