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De la creación bíblica al átomo primitivo
(En: Boné, Édouard. ¿Es Dios una hipótesis inútil? Pág 38-53?

¿Creación bíblica brotando de las manos de Dios o explosión de un átomo primitivo? Es algo que turba a algunos espíritus. Los creyentes, respetuosos con la racionalidad científica, tienen el derecho e incluso el deber de oír la pregunta, de hacer frente a las dudas e intentar al menosreducir esos desgarramientas mortíferos entre el mensaje religioso de la fe cristiana y las afirmaciones de la cultura científica contemporánea. Después de tantos otros, situados por vocación en los confines de esos dos mundos -el de la ciencia y el de fe (estoy pensando en Teilhard de Chardin o en Georges Lemaitre)-, los cristianos de la era atómica tienen sed de compatibilidad intelectual. Hijos delcielo por el bautismo e hijos de la tierra por compromiso profesional y consagración a la investigación, o por simple afán de entender el mundo que les rodea, ¿pueden lealmente, sin esquizofrenia, mantener unidos los dos extremos de la cadena y aceptar las dos caras del cuadro de los orígenes?
Porque es verdad que existen dos imaginarios y que no coinciden inmediatamente. ¿Es preciso evocarlos,aunque sólo sea sobriamente? Imagínese el lector que se encuentra celebrando la vigilia pascual en su parroquia. El lector ha abierto el leccionario por la lectura del libro del Génesis: «Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del Abismo, la tiniebla. Y el Aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: "Que exista la luz". Y laluz existió». Es conocido el resto: aparecen las luminarias en el firmamento, las aguas pululan de vivientes, el hombre es modelado de arcilla, y la mujer es hueso de sus huesos y carne de su carne... Hemos leído esta historia «santa» desde siempre. Pero leemos también artículos de divulgación de los astrofísicos modernos, soberbiamente presentados por las mejores revistas de actualidad.Explotando los recursos de la pequeña tierra, los grandes comentaristas científicos nos explican la génesis del cosmos: nos hablan de un átomo primitivo, de un universo en expansión, de una aventura cuyo inicio se remonta a quince mil millones de años, hasta el instante en que los acontecimientos escapan a las leyes de la física actual: esos infranqueables 10-43 segundos después del Big Bang inicial. Se«rebobina» la gran película, imagen tras imagen, hasta descubrir el momento preciso en que todo el universo tenía las dimensiones de la cabeza de alfiler o menos incluso: una esfera de una pequeñez inimaginable.
Por un lado, está el Adán modelado de la arcilla, pero dotado de dones «preternaturales», que se pasea, joven y espléndido, por el jardín del Edén. Pensamos en el admirable desnudo deMiguel Ángel del techo de la capilla Sixtina: desde los orígenes más remotos, el hombre acabado, perfecto, conforme al canon de Praxiteles. Pero, por otro lado, se nos habla del hombe de Neanderthal y del Pitecántropo: los prehistoriadores encuentran, entre las cenizas y el barro de Laetoli en Tanzania, las pistas toscas y los útiles líticos de estos primeros antepasados que los paleontólogos creenidentificar en el extraño esqueleto -¿quizá femenino?- exhumado en el Afar etíope, y al que han bautizado con el nombre de Lucy. ¿En qué quedamos: Eva o Lucy? ¿Adán o Pitecántropo? ¿Creación o átomo primitivo?
Lo acabamos de decir: dos imaginarios. No es que todo sea fruto de la imaginación. Queremos dar un contenido objetivo, un sentido verdadero tanto a las afirmaciones de la fe como a lasconstrucciones de la ciencia. Pero esa «verdad» constituye en sí misma un problema, y su objetividad nos interpela. Y es que, por ambas partes, determina necesariamente un horizonte cultural particular. ¿Y cómo podemos adherimos simultánea- mente, armoniosamente y sin violentamos, a horizontes culturales tan diversos?
Hay quienes no piensan; jamás se han planteado la cuestión. Por suerte, son...