FIGURA DEL PADRE AUSENTE
Acabo de leer el plan de Solidaridad Nacional para la Municipalidad de Lima y me ha sucedido algo extraño, pero congruente con la estrategia silenciosa de su líder: pese ala cantidad de palabras y cuadros presentados, no dice nada nuevo ni propone medidas interesantes para el desarrollo de la ciudad. Cabe, pues, seguirse preguntando por qué está funcionando en lasencuestas esta figura del “padre ausente”.
Parece haberse instalado en la percepción mayoritaria de los limeños la idea de que este hombre de pocas palabras, calculadas desapariciones y misteriosasapariciones, posee las claves para desentrampar esta ciudad caótica e incivilizada, cuyos servicios son lamentables. Ni el transporte o la seguridad mejoraron durante su gestión previa. Las sospechas quese ciernen sobre la figura del candidato, prácticamente filmado con las manos en la masa de Comunicore, parecen más bien favorecerlo, como en el caso del ministro Urresti.
Una hipótesis sería que hayun sector importante de habitantes de la ciudad lo suficientemente desesperados como para no solo hacerse de la vista gorda ante tamañas evidencias. Están incluso dispuestos a pensar que solo alguiencon esa flexibilidad moral puede hacerse cargo de las riendas de una ciudad sin ley. Si a eso se añaden el activismo populista, el desprecio por la cultura, el descaro propagandístico y la sugerenciaimplícita de que ellos están a tu lado cuando los necesitas, tienes el combo adecuado para personas que viven en condiciones durísimas.
A eso hay que añadirle la lentitud de reflejos de la alcaldesaactual, quien tardó demasiado en conectar con esta demanda básica y primaria. Lo más probable es que si se comparan ambas gestiones, la de Villarán sea ampliamente superior a la de Castañeda. Perosus prioridades estuvieron mal enfocadas en lo que respecta a las urgencias más dramáticas de la gente.
En cambio, Castañeda combina la falta de escrúpulos con la disposición a ubicarse en ese rol...
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