Filos

Filos en las puertas – Las parejitas nocturnas – Vigilancia de las calles

Esta vieja ciudad de Vera Cruz y no de Garay como suelen llamarla algunos, porque sí y para bueno, tiene sus perfilesinconfundibles. El tiempo ni el asfalto le han hecho perder modismos arcaicos, que son remedos de las costumbres castellanas.
El viajero observador no llevaría en blanco su libretita de apuntes apoco que se fijara en nuestras modalidades pintorescas.
Así por ejemplo, quien recorre la ciudad al caer los primeros crespones de la noche y hasta las veinticuatro, no ha dejar de llamar la atenciónla cantidad de parejas arrimadas a una de las hojas cerradas de las puertas de los zaguanes. Jovenzuelos y pimpollitos “pelan la pava” al abrigo de la cortina parda de la semi oscuridad de losportales.
El nuevo tenorio se pega a su compañera como mosca a la miel y allí va dejando correr las horas entre el rumor sordo de palabritas que el transeúnte debe juzgar dulzonas, palabras que vuelvan dela boca al oído y sólo perceptibles para los interesados.
Pero ¿son solo palabritas almibaradas?
Dios nos perdone, la malicia humana ya no cree en platónicas andanzas y a la imaginación se levienen ideas maliciosas, siquiera por aquello de “piensa mal y acertarás”.
Y así debió ocurrírsele también a un jefe de policía, sin hábito de franciscano, pero con mucho de figaresca picardía, elcoronel Paramiñan, autor de una resolución prohibiendo esas yuntas después de las diez de la noche.
-¿A mí? ¡Qué no me vengan con tenoriescos cuchicheos!, decía el coronel. El que quiera afilar, quebusque piedra y se meta adentro.
Y en sus tiempos, ni niñas ni sirvientitas se animaban a pasarse de la “queda” para decirse el autor en verso… y en la puerta de calle.
¿Tenia razón el coronel?Allá él, pero mas de un padre y una ama de casa le habrá agradecido sus escrúpulos de cura misionero.
Es que esos broches humanos en pocas partes se ven, que no son de aquello de estar en la...