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Teórico 13
El género ensayo
Prof. Teresita Vernino

Primera presentación de metáforas a las que los ensayistas recurren para describir el género ensayo.

El cuarto en el recoveco, según Jaime Rest señala, alude a la imposibilidad de que se lo clasifique y defina.

El centauro de los géneros, según Alfonso Reyes, remite a que se lo considera mitad lírico y mitad científico.

Kovadloffpor su parte señala: Debe ser elocuente en su forma, porque solo así será lo que debe ser: la expresión de un temperamento empeñado en traslucir, a propósito de algún asunto, sus dudas, convicciones y emociones. Pero, afirma Percia, “el deseo ensayístico no es una coartada para opiniones sin argumentación o ideas sin consistencia. No es liviandad que se esconde detrás de comunicaciones bonitas,ensambles de ocurrencias curiosas, mezclas de citas, desorden de lecturas. (…) Tal vez la insistencia ensayística recuerda que los pensamientos que no marchan al compás o las ideas que rehúyen controles son formas requeridas por el asunto a tratar.”

Como la flecha del arquero zen, el ensayo es el trayecto más que dar en el blanco.
Aluden de algún modo a esta metáfora las afirmaciones de Albajari,quien señala que su forma es un atisbo, un intento, que aparece opuesta a las pesquisas obsesivas que agotan todo medio de comprobación.
Se hacen perceptibles las exigencias desmesuradas de la búsqueda, del carácter insalvable de los problemas que asaltan a quien busca.
Oponerse a la tentación de conservar el saber de partida, de quedarse bajo la protección de las confortablescertezas, de la comodidad de los lugares comunes.
Prioridad entonces de enfatizar la búsqueda, de desviarse de lo obvio, de poner entre paréntesis lo que ya se sabe para volver sobre ello con una mirada nueva, que por ejemplo abra a más preguntas que a respuestas.
Sostener la preocupación por ejercitar una lectura transversal, por sostener el deseo de buscar. El resumen se opondría a esebuscar, funciona como bloqueo, como cierre de esa búsqueda de nuevos sentidos.
“Escribir para encontrar, para mostrar las maquinaciones y dificultades a las que obliga seguir un rastro, los desvíos y desvaríos; no se escribe para contar lo que ya se ha encontrado”, dice Sarlo.
Finalmente, entonces, en el ensayo se dibuja un movimiento más que un lugar alcanzado.

La otra imagenrefiere a una idea que Grüner señala haber tomado en préstamo de Barthes: “Si me siento a escribir el relato de todas las veces que he levantado la cabeza provocado por la lectura, eso es ensayo”.
¿Por qué escribe el ensayista? Dice Giordano: Una posible respuesta señalaría: que lo hace para “explicarse, para conjeturar e incluso inventar, los motivos de la misteriosa atracción que una obra ejercesobre él”.
El ensayista suele mostrarse como un lector irreverente (en tanto desatiende las exigencias de la tradición), aquel que lee desde los márgenes, a partir del detalle extraño, tal vez.

Ejemplo
“Borges nos enseñó a leer la totalidad desde el detalle”, dice Giordano.
“A veces leer, dice Percia, es poner atención en una cosa sin importancia, desestimada insignificante. La lectura sedeja llevar por preferencias, accidentes, sensaciones. Un fragmento, un rasgo, una indicación, pueden servir para abrir otro texto en el texto.”

Pero también revela la impronta que lo leído deja en él. Exposición entonces de la subjetividad. Esta aparece en una primera persona, al decir de Sarlo, evidente o enmascarada. Y esa primera persona puede ser tan temible como para exponer el efectocaracterístico de la autobiografía.

Ejemplo.
“Cuando toqué el cuerpo frío de un amigo en la mesa de disección del hospital, terminó mi adolescencia”, dice Fabián Casas en su ensayo “The Piper se tomó el palo”.

“Antes que nada, tengo que avisar que soy un sentimental. En el cine, cualquier escena medio lacrimógena –aunque sea malísima– me hace llorar”, dice también Casas pero en “Tarde en...